Destrucción a toda costa 2013
Entre los años 1987 y 2005 se destruyeron 2 hectáreas al día solo en los primeros 500 metros de costa. En 2013, con la aprobación de la nueva Ley de Costas, no parece haber indicios de abandono de la construcción masiva ni del acoso a los últimos espacios vírgenes del litoral.
En las últimas dos décadas, la costa española ha perdido una superficie equivalente a ocho campos de fútbol al día. Durante más de 13 años, Greenpeace ha denunciado la destrucción de un recurso tan preciado e importante como es el litoral. Cada año, con la elaboración de su informe Destrucción a Toda Costa (DTC), la organización ha analizado las principales amenazas del litoral.
En la decimotercera edición del DTC, Greenpeace realiza un análisis del litoral a escala municipal, centrado en la franja de los primeros 500 metros de costa entre los años 1987 y 2005. En este periodo de burbuja inmobiliaria, se construyó en nuestra costa una cuarta parte de todo lo construido hasta ahora. Algunos municipios han vendido gran parte de su patrimonio natural para dar paso a una imagen de destrucción y urbanización.
Los municipios que más superficie costera han transformado y a un ritmo más acelerado conforman el top ten de la destrucción: Calp (Alicante), Calvià (Mallorca), Chiclana de la Frontera (Cádiz), Cubelles (Barcelona), Oliva (Valencia), Orpesa (Castellón), Sant Josep de sa Talaia (Ibiza), San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), Vera (Almería) y Zierbena (Bizkaia), son el claro ejemplo de aquello que no debemos hacer en la primera franja del litoral.
La alternativa a la destrucción costera pasa por el mantenimiento de los recursos naturales, fomentando un turismo de calidad y un modelo económico de desarrollo local. Es el ejemplo a seguir de los municipios menos urbanizados de España, destacando entre los de mayor tamaño: Fuencaliente de La Palma (La Palma), Vallehermoso (La Gomera) y Villaviciosa (Asturias).
Greenpeace propone seis medidas para una costa sostenible. La primera de ellas no podía ser otra que un NO rotundo a la nueva Ley de Costas. Esta, junto al resto de medidas (ladrillo cero, protección efectiva, participación ambiental, fiscalidad verde y cero construcciones en zonas de riesgo) nos garantizarían un futuro lleno de oportunidades en nuestras costas.