Durante más de 13 años, Greenpeace ha denunciado la destrucción de un recurso tan preciado e importante como es el litoral. Cada año, con la elaboración de su informe Destrucción a Toda Costa (DTC), la organización ha analizado las principales amenazas del litoral.
El DTC 2013 arroja datos a escala municipal de la construcción en la franja de los primeros 500 metros de costa entre los años 1987 y 2005, en los que el ritmo de destrucción alcanzó las 2 hectáreas al día.
Mapa de Jap??ue muestra la zona tratada en esta exposici??/p>
Nivel de radiaci??e 5,7 microsieverts por hora / 70 veces por encima de lo normal. El nivel normal antes del desastre nuclear de Fukushima era de 0,08 microsieverts por hora.
Almac?abandonado y en estado de deterioro en el pueblo de Tsushima, distrito de Namie, cerca de la zona de exclusi??lrededor de la central nuclear de Fukushima Daiichi. Los altos niveles de radiaci??mpiden el regreso de los trabajadores, es posible que nunca puedan regresar.
Greenpeace ha definido los 25 municipios peores del Estado a partir de distintas variables analizadas: mayor superficie artificial absoluta, mayor superficie artificial en la franja de los 500 metros respecto a la total del municipio, el ritmo de destrucción de los municipios entre 1987 y 2005, y los que antes dejarían de tener suelo natural. De estos 25, Greenpeace ha destacado los diez peores.
El Top 10 de la destrucción son, por orden alfabético: Calp (Alicante), Calvià (Mallorca), Chiclana de la frontera (Cádiz), Cubelles (Barcelona), Oliva (Valencia), Orpesa (Castellón), San Bartolome de Tirajana (Gran Canaria), Sant Josep de sa Talaia (Ibiza), Vera (Almería) y Zierbena (Bizkaia). "
Frente a aquellos municipios que han construido su litoral, otros han optado por proteger una parte importante de su costa y crear restricciones para su edificación.
Honrosas excepciones que representan la cara opuesta a la destrucción imperante. Sin embargo, sobre estas “joyas de la corona” de la costa siempre pende la amenaza de la desprotección.
Muchos alcaldes y sus comunidades autónomas ven en la protección ambiental un escollo para el desarrollo económico de su municipio y promueven activamente la destrucción de su patrimonio natural.
¿Qué puede ocurrir con las zonas construidas en los primeros metros de costa en los próximos años?
Los efectos más importantes del cambio climático en las playas son la variación de la cota de inundación y el retroceso, o en su caso avance, de la línea de costa.
Con respecto a los posibles efectos en obras marítimas, el cambio climático puede suponer importantes cambios en el rebase e inundación en estructuras, como puertos, diques de contención, o paseos marítimos entre otros.
Estas variaciones serán más notables en el Mediterráneo, sobre todo en la zona comprendida entre Málaga y Algeciras, donde se pueden alcanzar variaciones hasta del 250% con respecto a las cotas de inundación y rebase actuales.
¿Cómo puede ser la costa española en 2030 si sigue la tendencia actual? Imaginar una costa sin un metro libre de ladrillo puede parecer una realidad lejana e imposible. Sin embargo, si se continúa construyendo al ritmo que se ha hecho, costas como la mediterránea sufrirían un colapso total en 124 años.
En agosto de 2013, Greenpeace hizo entrega, en más de diez ciudades españolas, del premio “Burbuja Inmobiliaria de Oro” a todos aquellos municipios que más han destruido la costa a base de ladrillo y hormigón.
Los premios consistieron en la instalación de burbujas doradas hinchables de 6 metros de diámetro, realizadas en colaboración con el colectivo Basurama, que se colocaron en plazas y paseos marítimos, y donde la ciudadanía pudo interactuar con ellas, dejando sus mensajes a favor de la conservación de nuestro litoral.
El informe muestra una selección de los 25 peores municipios del Estado. De una selección más rigurosa, de estos 25, hay diez que quedan a la cabeza. Son el “top ten de la destrucción”. Estos deberían servir como lecciones de lo que no hay que hacer en la primera franja del litoral en el futuro.
La urbanización, la corrupción, y el desarrollo de infraestructuras en la primera línea de costa se han concentrado en estos municipios durante los años de burbuja inmobiliaria. Estas actuaciones han dejado zonas de litoral en condiciones de mayor vulnerabilidad antes los efectos del cambio climático, como la subida del nivel del mar, y con mayor riesgo de inundaciones.
En este mapa con “lo peor de la costa” se muestran las poblaciones que están a la cabeza del deterioro de sus costas, teniendo en cuenta entre otras variables, la rapidez y la superficie destruida.
En este mapa con “lo mejor de la costa” se muestran las poblaciones con un mayor nivel de protección efectiva, es decir, con mayor superficie declarada Parque Nacional o Natural.
Se presentan los municipios con mayor porcentaje de superficie ocupada, así como los municipios con mayor protección efectiva (Parques Nacionales y Naturales), aunque no siempre un alto porcentaje de protección implica un buen estado de conservación.
Se presentan los municipios con mayor porcentaje de superficie ocupada, así como los municipios con mayor protección efectiva (Parques Nacionales y Naturales), aunque no siempre un alto porcentaje de protección implica un buen estado de conservación.
Los datos del informe Destrucción a toda costa 2013 nos sirven para reflexionar sobre lo sucedido hasta el momento y, de cara al futuro, decidir si será necesario implementar políticas preventivas más eficaces en lugar de políticas correctoras como la nueva Ley de Costas, que en vez de reforzar la protección ambiental supedita las actividades económicas, en muchas ocasiones ilegales, por encima del desarrollo sostenible a largo plazo.
Sin embargo, todavía existe una oportunidad para algunas zonas del Estado si, municipio a municipio, se empiezan a tomar medidas y se reconocen las ventajas de dejar zonas del litoral sin edificar y de disponer de un recurso sostenible. Los municipios menos construidos son los que en el futuro tendrán previsiblemente unas mejores condiciones económicas y sociales.
Los datos del informe Destrucción a toda costa 2013 nos sirven para reflexionar sobre lo sucedido hasta el momento y, de cara al futuro, decidir si será necesario implementar políticas preventivas más eficaces en lugar de políticas correctoras como la nueva Ley de Costas, que en vez de reforzar la protección ambiental supedita las actividades económicas, en muchas ocasiones ilegales, por encima del desarrollo sostenible a largo plazo.
Sin embargo, todavía existe una oportunidad para algunas zonas del Estado si, municipio a municipio, se empiezan a tomar medidas y se reconocen las ventajas de dejar zonas del litoral sin edificar y de disponer de un recurso sostenible. Los municipios menos construidos son los que en el futuro tendrán previsiblemente unas mejores condiciones económicas y sociales.