Greenpeace ha presentado en rueda de prensa, la decimotercera edición del informe Destrucción a toda costa 2013 en el que por primera vez y mediante el uso de imágenes de satélite se analiza, municipio por municipio, la situación de los primeros 500 metros de costa de la Región de Murcia, que ya tiene un tercio de esta franja destruidos.
De entre sus ocho municipios litorales, Greenpeace señala cuáles han sucumbido más a la burbuja inmobiliaria pero también qué municipios tienen una costa más protegida. Además el informe muestra las tendencias futuras de ocupación del suelo litoral para el año 2030 y cómo la nueva Ley de Costas supone una nueva herramienta para urbanizar el litoral. Greenpeace concluye que la ocupación de la primera línea de costa ha sido masiva y que este proceso se verá reforzado por la nueva Ley de Costas, que supone una nueva herramienta para seguir urbanizando el litoral.
“Los datos de nuestro informe muestran una costa inundada de ladrillo. Sirven para reflexionar sobre lo que ha sucedido y decidir qué tipo de gestión del litoral queremos en el futuro. Ahora, los alcaldes y alcaldesas tienen en su mano la protección del litoral y el desarrollo económico sostenible de sus municipios”, ha declarado María José Caballero, directora de Campañas de Greenpeace.
Alcázares, el municipio costero más destruido de la Región
Greenpeace ha identificado los 25 peores municipios del Estado (1) a partir de distintas variables analizadas. Entre ellas, la mayor superficie absoluta artificial, la mayor superficie artificial en la franja de los primeros 500 metros respecto a la total del municipio, los municipios que más rápido han crecido y los que antes dejarían de tener suelo natural. En Murcia destaca Los Alcázares entre los 25 peores de toda España.
Este municipio se encuentra en el Mar Menor, y aunque tiene ocupado el 75% de sus primeros 500 metros de costa, sigue con un alto ritmo de ocupación del 1%. Con esta tasa de incremento de superficie artificial antes del 2030 estaría totalmente colmatado. Este territorio, al igual que La Manga del Mar Menor, situada a escasos kilómetros, se vería sin duda afectada en caso de subida del nivel del mar. Son frecuentes los períodos de inundaciones en Los Alcázares, que se producen tanto en zonas urbanas situadas sobre cauces de ríos secos como en zonas ocupadas del dominio público, tanto de los ríos como marítimo-terrestre.
Las cifras de la desprotección
Para entender la magnitud de la destrucción basta con señalar que la franja de los primeros 500 metros de costa representa tan solo 0,55 % de la superficie de suelo del Estado. Y en la Región de Murcia el 0,82%. La Región de Murcia tiene un 32% de superficie artificial en la franja de los primeros 500 metros de costa, casi un tercio de toda la franja costera murciana. Sin embargo, sólo el 16% de la costa tiene una protección efectiva que impediría futuros abusos urbanísticos en el futuro.
A escala municipal, Los Alcázares, Cartagena y Águilas son los tres municipios que más rápido han destruido su patrimonio natural durante los años de burbuja inmobiliaria.
Por otro lado, si añadimos el valor del porcentaje de superficie construida en los primeros 500 metros de costa, las cifras son las siguientes: Los Alcázares, con el 75 % de la franja de los 500 primeros metros urbanizados; San Javier, con el 70%, La Unión, con el 38%, Mazarrón, con el 32% y Águilas, con un 28% tienen una importante franja costera destruida.
La costa más protegida
Solo Lorca se incluye en la lista de los 155 municipios que han construido menos en su primera línea de costa, con apenas un 3,2% de ocupación en la franja de los primeros 500 metros de costa. Frente a aquellos municipios que han destruido el litoral, otros han optado por proteger una parte importante de su costa. Sin embargo, muchos municipios ven en la protección ambiental un escollo económico y promueven activamente la desclasificación de los espacios protegidos. San Pedro del Pinatar con el 63% de suelo protegido en la costa y Lorca con el 52%, son los municipios con mayor protección efectiva bajo normativa de Parques, al menos sobre el papel.
Cambio climático
La construcción de urbanizaciones e infraestructuras en la costa aumenta exponencialmente el riesgo por efecto del cambio climático y mayor exposición a inundaciones o a torrentes. La conservación del estado natural de la franja de los primeros 500 metros es esencial, ya que actúa como barrera de protección. En el Mediterráneo esta cota aumentará 20 centímetros, lo que se traducirá en decenas de metros de inundación. Una de las zonas más amenazadas de inundación en España es, sin duda, la Manga del Mar Menor. Entre los municipios con más riesgo de inundación también destacan Mazarrón y Cabo de Palos.
Previsiones para 2030
Aunque muchos municipios ya tienen urbanizado más del 90% de su costa, otros todavía disponen de buena parte sin urbanizar. La nueva Ley de Costas permite que se reduzca la protección de 100 a 20 metros en determinados tramos, lo que significa que si se sigue construyendo en estas zonas, la costa mediterránea sufrirá un colapso total en 124 años. En este periodo de tiempo, la franja de los primeros 500 metros estaría completamente construida y en 158 años la del primer kilómetro. Si se mantiene la tendencia de construcción del periodo 1987-2005, el incremento anual de ocupación sería del 0,27% (0,07 hectáreas al día). Por lo tanto, la superficie ocupada en 2030 alcanzaría el 39%.
“A pesar del parón absoluto de la construcción a partir de 2008, la principal amenaza actual es la cantidad de suelo declarada como urbanizable aunque no urbanizada o los nuevos impulsos del sector turístico residencial. Además, con la excusa de la crisis económica y debido a los recortes, existe el riesgo de que cualquier proyecto de construcción pueda ser aprobado por unos controles más laxos o inexistentes. Ya lo hemos visto con la nueva Ley de Costas”, ha declarado Pilar Marcos, responsable de la campaña de Costas.
La nueva Ley de Costas, lejos de fortalecer la protección del litoral, permite nuevas formas de explotación. La costa, que en la anterior ley se contemplaba como un recurso natural finito, se transforma en este nuevo texto en una superficie de desarrollo económico. Sin embargo, todavía existe una oportunidad si se empiezan a tomar medidas municipio por municipio.
Greenpeace propone las siguientes medidas: los municipios deben declararse insumisos en la aplicación de la nueva Ley de Costas y la UE debe parar esta nueva Ley, los planes urbanísticos municipales deben ser revisados para no permitir más construcciones; los parques naturales deben ser respetados, no se debe construir en zonas de riesgo por cambio climático y además se debe promover una fiscalidad verde para favorecer a los municipios mejor conservados. La participación ambiental debe ser fundamental en todos estos procesos.
NOTAS
(1) Una breve explicación de las causas y el desarrollo urbanístico e industrial de estos municipios se puede encontrar en este documento