Vista de la central nuclear de Vandellos-II
Los últimos datos oficiales disponibles demuestran que el CSN
conocía desde hace meses que este sistema está afectado de un grave
problema de corrosión generalizada que lo convierte en inservible
en caso de accidente, con lo que la central quedaría potencialmente
expuesta a sufrir una fusión del núcleo del reactor, el accidente
más grave que puede ocurrir en una instalación nuclear.
En efecto, el CSN reconoce ahora que durante los días 20 a 23 de
septiembre y 6 y 7 de octubre de 2004 se llevó a cabo una
inspección multidisplinar de sistemas por este organismo en la que
se concluyó que los cálculos efectuados en agosto por la central
nuclear sobre la seguridad de este sistema eran erróneos y no eran
fiables, por lo que el sistema de agua de servicios esenciales no
se encontraba en condiciones de garantizar la seguridad de la
central nuclear.
Pese a ello, el CSN permitió que Vandellós-2 operara varios
meses, desde finales de septiembre de 2004 hasta marzo de 2005 en
condiciones de seguridad muy degradadas.
Ecologistes en Acció de Catalunya y Greenpeace critican el
comportamiento del CSN en este suceso, su minimización de la
gravedad de este problema (que el CSN ha calificado de Nivel 1
"Anomalía" en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares, INES) y
su ocultación sistemática de datos relevantes sobre su alcance.
De hecho, el CSN emitió varias notas de prensa quitando
importancia al asunto y tergiversando los hechos. En concreto, la
nota emitida el 17 de marzo de 2005 y publicado en su página web,
da entender la conformidad del CSN al Plan de Actuación propuesto
por el titular de la central nuclear Vandellós-2, cuando en
realidad, y según consta en un carta remitida el 18 de marzo por el
CSN a la central, este organismo reconoce que en su reunión
plenaria del 17 de marzo ha estudiado dicho plan y lo considera
"insuficiente".
Sólo ahora, tras las denuncias continuadas de Greenpeace y las
iniciativas parlamentarias en marcha, el CSN ha empezado a difundir
información sobre este problema y a reconocer su gravedad. De tal
manera que la presidenta del CSN, Mª Teresa Estevan Bolea, no ha
tenido más remedio que reconocer ante el Senado que se trata de un
incidente "muy importante".
Por la gravedad del suceso, y con los últimos datos oficiales
conocidos, tanto Greenpeace como Ecologistes en Acció de Catalunya
consideran que el CSN debe elevar la calificación de este suceso a
Nivel 3 "Incidente Importante" en la escala INES, ya que queda
demostrado que se trata de un "incidente en el que un fallo
posterior de los sistemas de seguridad podría conducir a
situaciones de accidente, o a una situación en la que los sistemas
de seguridad serían incapaces de prevenir un accidente si
ocurrieran ciertos sucesos iniciadores", que es la definición que
hace la escala INES de los sucesos de Nivel 3.
"A la permisividad y ánimo protector de los intereses económicos
de la central nuclear por parte del CSN, debe unirse la incapacidad
manifiesta del propietario de Vandellós-2 para garantizar la
seguridad de la instalación nuclear. Ambos han puesto en riesgo la
seguridad de los ciudadanos y el medio ambiente" -ha declarado
Carlos Bravo, responsable de la campaña de energía nuclear de
Greenpeace.
Por este motivo, ambas organizaciones ecologistas han exigido
que se depuren responsabilidades y que se lleve a cabo una profunda
reforma legal del CSN, para que este organismo sea en verdad
independiente de la industria nuclear. Además, estos colectivos
están ya estudiando acciones legales contra el CSN y la central
nuclear Vandellós-2.
"Es muy grave para la economía de Cataluña que el 25% de su
suministro eléctrico dependa de una instalación nuclear que ha
demostrado repetidas veces que no es fiable y que está gestionada
por irresponsables. Por eso es necesario que el Plan de la Energía
de Cataluña 2006-2015 incluya un calendario detallado de cierre de
las 3 centrales nucleares catalanas, cuyo límite no debe en ningún
caso superar el año 2015, y medidas concretas de sustitución de
esta energía sucia y peligrosa" -añadió Jaume Morrón, presidente de
Ecologistes en Acció de Catalunya.
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