Comunicado de prensa - marzo 29, 2005
El Gobierno canadiense ha autorizado la caza de cerca de un millón de focas, la mayoría de menos de un año de edad. Será la mayor matanza de mamíferos marinos de todo el mundo.
Greenpeace ha denunciado la falta de sentido común del Gobierno de Canadá al autorizar el comienzo de la temporada de caza de focas en el Golfo de Sant Lawrence, en las áreas de hielos del Atlántico, a pesar de las evidencias que indican que esta caza es insostenible y científicamente injustificable.
Greenpeace protesta por la matanza de focas permitida por el Gobierno canadiense rociándolas de pintura inofensiva para hacer inservible su piel.
"La arrogancia del Gobierno de Canadá va más allá de cualquier
lógica. El Plan de Gestión de caza de focas canadiense se basa en
argumentos pseudo-científicos, suposiciones incorrectas y modelos
fallidos y no toma en consideración aspectos fundamentales. Cientos
de miles de focas van a ser exterminadas a pesar de que se
desconocen los impactos ecológicos que tendrán estas muertes en el
ecosistema" ha declarado María José Caballero, responsable de la
campaña de Océanos de Greenpeace.
El Gobierno canadiense ha establecido una cuota total
(denominada Captura Total Admisible; TAC en sus siglas inglesas) de
975.000 focas, dentro del plan de gestión trianual desarrollado por
su Departamento de Pesca y Océanos (DPO). El 12 de abril comenzará
la caza en las zonas heladas de Terranova, donde este año se podrán
cazar 319.500 focas de Groenlandia, el 95% de las cuales tienen
menos de un año de edad.
La población de focas, actualmente entre 4 y 6 millones de
acuerdo con los datos del DPO canadiense, se ha recuperado del
colapso que sufrió en la década de los 80, cuando su caza masiva
hizo que la población disminuyera a 1,3 millones de ejemplares. La
cifra cercana al millón de ejemplares autorizada por el Gobierno de
Canadá hará de la caza de focas de este año la mayor matanza de
mamíferos marinos de todo el mundo.
Greenpeace ha elaborado el informe La Caza de Focas en Canadá:
sin plan y sin gestión donde se detallan las imprecisiones e
inexactitudes utilizadas por el Gobierno canadiense para justificar
la caza comercial de focas. Los principales puntos destacados en el
informe son:
- El Gobierno de Canadá no ha podido determinar el número exacto
de focas matadas por los cazadores. La captura total admisible para
el periodo 2003-2005 no tiene en cuenta que se está produciendo
caza ilegal de focas, que son matadas y desechadas debido a los
daños en sus pieles. Tampoco son contabilizadas las focas cazadas
para aprovechar sus órganos.
- Los cálculos hechos por el Gobierno canadiense sobre el
crecimiento de la población de focas asumen que los factores
ambientales y biológicos permanecerán sin cambios tanto a corto
como a largo plazo, una premisa altamente cuestionable a la luz de
los crecientes impactos del cambio climático sobre las condiciones
de los océanos y las zonas heladas.
- Las cuotas de caza se basan en censos de focas realizados a
intervalos de cinco años. Pero debido a que las cacerías se centran
en crías que no alcanzan la edad reproductora hasta los cinco años
de edad, los impactos en la población pueden tardar más de 10 años
en conocerse y son necesarios 15 años para determinar la evolución
de la población. Por tanto, los censos realizados por el Gobierno
canadiense no reflejan la realidad del estado de estas
poblaciones.
A la vista del informe, el Departamento de Pesca y Océanos ha
optado por atacar a Greenpeace en lugar de dar respuesta a las
evidencias denunciadas por la organización ecologista
internacional.
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