Vista de la central nuclear de Vandellos-II
Greenpeace exige responsabilidades ante la nefasta gestión de
este problema por parte del CSN y de los propietarios de esta
central nuclear, quienes han demostrado su incapacidad para
gestionar esta instalación atómica y su lamentable nivel de cultura
de seguridad.
El sistema de agua de servicios esenciales resulta fundamental
para paliar las consecuencias de un accidente grave en la central.
A pesar de la evidencia de la inoperabilidad del sistema, ya en el
mes de agosto pasado, el CSN permitió irresponsablemente que
Vandellós-II siguiera operando varios meses desde el descubrimiento
del problema en una situación de evidente riesgo para la
ciudadanía.
Para Greenpeace, el CSN prefirió minimizar la gravedad del
suceso ante la opinión pública y permitir que la central siguiera
operando en una situación inaceptable desde el punto de vista de
seguridad para beneficiar los intereses económicos de los
propietarios de Vandellós-2.
"El CSN actuó irresponsablemente al permitir que la central
Vandellós-II siguiera operando varios meses, desde agosto del 2004,
sin tomar las medidas pertinentes en una situación de evidente
riesgo para la ciudadanía y el medio ambiente" -ha declarado Carlos
Bravo, portavoz de Greenpeace en temas nucleares.
Greenpeace ha pedido recientemente al CSN que recalifique de
Nivel 1 a Nivel 2 dentro de la Escala Internacional de Sucesos
Nucleares (INES) este grave suceso de corrosión del sistema de
aguas esenciales de la central nuclear Vandellós-II, un problema
que no fue detectado hasta que el pasado 25 de agosto se produjo la
rotura de una de sus tuberías, inutilizando el funcionamiento del
mismo y produciéndose una fuga de agua.
Tras el suceso de ayer, Greenpeace considera más que demostrado
que la gravedad de este suceso no puede calificarse como de una
simple "desviación de la situación operativa autorizada"
(definición de suceso de Nivel 1 dentro de la escala INES) sino de
un "incidente con potenciales consecuencias para la seguridad"
(definición de suceso de Nivel 2 dentro de la escala INES). En
consecuencia Greenpeace exige al CSN que reclasifique el suceso
como de Nivel 2 en la INES.
Greenpeace lleva semanas denunciando las lamentables condiciones
en que se encontraban diversos componentes del sistema de aguas
esenciales de Vandellós-II en el momento en el que se produjo la
fuga de agua de agosto de 2004, situación que había pasado
desapercibida tanto al titular de la central nuclear como al propio
CSN.
La degradación del sistema en su conjunto es tan elevada que de
haberse requerido su actuación en el curso de un accidente se
podrían haber producido roturas de un alcance similar al ocurrido
en agosto, lo que conduciría a una completa perdida de
refrigeración del sistema de refrigeración de servicios
esenciales.
Es evidente que esta situación es gravísima, ya que se perdería
la refrigeración a un sistema que es fundamental para paliar las
consecuencias de un accidente grave de la central. El nivel de
degradación del sistema de aguas esenciales habría hecho, sin lugar
a dudas, que el sistema fallase ante el menor movimiento de tierras
o incluso con la simple demanda de su actuación.
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