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El CSN ocultó problemas del sistema de refrigeración de Vandellòs-II

El CSN permitió que Vandellós-II siguiera operando varios meses sin tomar las medidas pertinentes en una situación de evidente riesgo para la ciudadanía

Comunicado de prensa - marzo 1, 2005
Greenpeace ha tenido acceso a documentos e imágenes que delatan las lamentables condiciones en que se encontraban diversos componentes del sistema de aguas esenciales de la central nuclear Vandellós-II (Tarragona) en el momento en el que, el pasado 25 de agosto, se produjo la rotura de una de sus tuberías, inutilizando el funcionamiento del mismo y produciéndose una fuga de agua.

Vista de la central nuclear de Vandellos-II

Estas mismas imágenes demuestran que el otro sistema redundante se hallaba en condiciones semejantes, por lo que de haberse requerido su actuación en el curso de un accidente se podrían haber producido roturas de un alcance similar al ocurrido, lo que conduciría a una completa perdida de refrigeración del sistema de refrigeración de servicios esenciales.

Es evidente que esta situación es muy grave, ya que se perdería la refrigeración a un sistema que es fundamental para paliar las consecuencias de un accidente grave de la central. El nivel de degradación del sistema de aguas esenciales habría hecho, sin lugar a dudas, que el sistema fallase ante el menor movimiento de tierras o incluso con la simple demanda de su actuación.

Es por ello que las personas que viven en las proximidades de la central han estado sometidas a un grave riesgo y sólo la fortuna de que se produjese el fallo del sistema en condiciones normales ha evitado que se produjese un accidente muy grave en la instalación.

Greenpeace denuncia que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha ocultado la gravedad de este suceso y que actuó irresponsablemente al permitir que la central Vandellós-II siguiera operando varios meses desde agosto del 2004 sin tomar las medidas pertinentes en una situación de evidente riesgo para la ciudadanía y el medio ambiente.

Lamentablemente, en las notas de prensa publicadas por el CSN hasta la fecha se ha ocultado esta información a la opinión pública, algo del todo reprobable siendo el CSN una institución pública encargada de velar por la seguridad de las centrales nucleares y la protección radiológica de los ciudadanos.

"Con su actuación, el CSN ha vuelto a demostrar que su única prioridad es salvaguardar los intereses económicos de las compañías propietarias de centrales nucleares aunque sea a costa de sacrificar su independencia" -ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña de energía nuclear de Greenpeace.

La nefasta situación en la que se encontraba este sistema, de evidente importancia para la seguridad de la central y para la protección del público y del medio ambiente, es una prueba de la falta de cultura de seguridad de los propietarios, probablemente consecuencia de su incapacidad para gestionar adecuadamente la seguridad de la misma, como se apunta en la carta remitida por el CSN al titular de Vandellós-II el 17 de noviembre de 2004.

Los hechos se sucedieron de la siguiente manera. El 25 de agosto de 2004 se produjo la rotura de un tramo de tubería del sistema de agua de servicios esenciales de la central nuclear de Vandellós-II. A raíz de este suceso, el 26 de agosto el CSN hizo pública una nota de prensa en la que informaba de que se había producido una "fuga" de agua en un tramo de la tubería de uno de los dos sistemas de refrigeración de servicios esenciales y aseguraba que el accidente no había supuesto un riesgo para los trabajadores, la población o el medio ambiente, clasificándolo de manera provisional con el nivel 0 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES).

Con posterioridad, el 8 de octubre de ese mismo año, el CSN hacía pública una segunda nota en la que informaba de que en el otro sistema redundante existía una situación que hubiera podido evolucionar de forma similar a la anterior y que por ello se reclasificaba el suceso con el nivel 1 en la escala INES, a pesar de lo cual se insiste en la nota sobre la ausencia de riesgo.

El 25 de noviembre siguiente el CSN emitió una nueva nota en la que se indican las condiciones bajo las que habría suficiente margen de seguridad. Esta nota parece ser un resumen de la carta remitida a la central con fecha 17 de noviembre de 2004, si bien, los términos en los que se expresa el CSN en la nota difieren significativamente de los de la carta.

En la carta se hace referencia a "la rotura de una tubería del sistema de agua de servicios esenciales"y no a una simple "fuga". Aún más significativo si cabe, en la nota de prensa del CSN se omite la mención que se hace en el punto 6 de su carta sobre "deficiencias del titular manifestadas en la gestión de la seguridad del sistema EF [de aguas esenciales]". Estas importantes diferencias vuelven a poner de manifiesto la reiterada intención del CSN de minimizar la importancia de los sucesos que ocurren en las centrales nucleares frente a la opinión pública.

Cualquier persona que haya tenido la oportunidad de visionar las imágenes del estado del sistema no puede por menos que concluir que resulta muy difícil de entender como es posible que el CSN haya permitido que continuara la operación de la central cuatro días después de que se produjese el accidente con unas reparaciones mínimas en el sistema. No es hasta el 14 de noviembre, fecha en la que se produjo un disparo de la central por otras causas, cuando el CSN toma la determinación de que para permitir que la central continúe operando debe realizar unas reparaciones urgentes hasta la siguiente recarga.

Greenpeace, mediante un escrito dirigido hoy al CSN exige a este organismo que, en aras a la credibilidad y la transparencia, aclare urgentemente con todo detalle una serie de cuestiones relativas a este grave incidente.

En concreto, el CSN debe explicar por qué permitió en agosto de 2004, tras descubrir la rotura del sistema, que continuase la operación de Vandellós-II y meses después requirió a la central unas reparaciones urgentes antes de seguir operando.

Greenpeace se pregunta por qué el CSN no obligó en agosto a parar la central y a revisar con todo detalle la situación de los dos trenes del sistema antes de permitir continuar la operación. Asimismo se plantea por qué el CSN esperó a que hubiera un disparo fortuito de la central meses después, para realizar tales reparaciones y no se exigió que las reparaciones se realizaran con carácter de urgencia desde el primer momento.

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