Pesca artesanal/ Nos quedamos en puerto...

Quedarse amarrado o quedarse en puerto, significa para el sector pesquero, dejar de trabajar. Como entenderéis cuando el sector toma este tipo de decisiones que implican a miles de familias y miles de puestos de trabajo, es porque no pueden más. Y no me extraña, el sector artesanal español, en concreto el del norte de España en el Cantábrico Noroeste, esta harto, hasta el moño, y tras varias reuniones han decidido que si el Gobierno sigue adelante con su plan de reparto de las cuotas pesqueras y la distribución de capturas por modalidades de pesca, ellos y ellas se quedan en puerto, porque así no se puede negociar ni pescar.

La pesca artesanal en España representa el 80%, la pesca industrial el 20%. Esta claro que a pesar de que la pesca artesanal es menos dañina para el medio ambiente, genera muchos empleos, sus redes son más selectivas sin producir descartes, además cuando vas al supermercado se puede ver que su pescado es de mayor frescura. A pesar de todo esto, y de que lo más lógico sería beneficiar a este sector, el Gobierno claramente se olvida de ellos y protege a la pesca industrial.

No sólo son los grandes olvidados, sino que antes de repartir las cuotas, hay un sistema que dice cuánto va a recibir cada sector, estas son las negociaciones que regulan la distribución de las posibilidades de pesca. No es ninguna sorpresa que en esta repartición haya salido ganando el arrastre, cualquier tipo, desde el arrastre litoral hasta el arrastre de profundidad. ¿Por qué no?, es obvio, mejor le das la mayor parte de la cuota a uno de los artes pesqueros más destructivos que genera gran número de descartes, para que esquilme los stocks, destroce los fondos marinos y no permita ningún tipo de recuperación. La sostenibilidad, no ha sido un elemento a tener en cuenta para el reparto.

A pesar de todas las buenas palabras, a pesar de que las directrices de la Unión Europea indican que hay que favorecer a la pesca artesanal como el futuro de las pesquerías, una y otra vez se dan pasos marcha atrás y este es solo un ejemplo. El arrastre el gran beneficiado de este sistema de reparte en el Cantábrico Noroeste genera unos 800 empleos directos y sin embargo la bajura genera unos 17.000, está claro que este punto; el empleo, no se ha contemplado en la distribución.

Unos 86 barcos arrastreros faenan en el Cantábrico Noroeste, frente a 4.500 embarcaciones de artes menores. El número de barcos, tampoco ha debido de ser el elemento decisivo para esta decisión.

El Gobierno premia con estas cuotas a una flota semi-industrial con artes de pesca no selectivas. ¿Entonces? Si , ni los empleos, ni las embarcaciones, ni la sostenibilidad han sido contempladas para hacer este reparto, ¿ha de considerarse justo?, está claro, NO, y por eso se quedarán en puerto.