Fue en el año 2008 cuando hice mi primera campaña en los barcos de Greenpeace; era un proyecto que tenía como objetivo llamar la atención sobre las redes de deriva en el Mediterráneo. Navegamos por días en el Mar Jónico y lo que más me sorprendió fue como los pescadores se las tenían que ingeniar con artes de pesca destructivas, navegando más allá de lo que sus barcos eran capaces, para poder conseguir el pescado que sus negocios demandaban.

Trabajar en los barcos de Greenpeace me ha dado la oportunidad de ser testigo de alguno de los problemas ambientales que afectan a nuestro planeta. Podría decir que todo este tiempo en Greenpeace ha sido para mi una gran experiencia personal, pero a la vez una forma de abrir los ojos a la realidad que nos rodea y de salir de esa burbuja en la que esta sociedad está inmersa.

 

Como Oficial de navegación mi trabajo se desarrolla principalmente en el puente de mando. Además de las guardias de navegación, realizo un trabajo de investigación con el trazado de las rutas para las campañas. Al contrario que un barco convencional, que va de un puerto a otro, aquí la ruta se adapta a las circunstancias del momento y las demandas de la campaña. En los últimos años los puentes se han sofisticado en los barcos y Greenpeace no se ha quedado atrás. Siempre hay un nuevo sistema o un nuevo programa de ordenador que hay que aprender a manejar. Esto hace que el trabajo sea muy interesante y un continuo reto. Intentamos sacar jugo a cada nuevo equipo que se instala a bordo y los adaptamos a nuestras necesidades. De alguna manera, estos equipos se han transformado en importantes herramientas para las campañas de Greenpeace y gracias a ellos ha mejorado mucho la seguridad de la navegación.

Estaba especialmente interesado en participar en esta campaña que realiza el Arctic Sunrise; creo que la sobrepesca es algo que nos afecta a todos directamente. Muchas veces me veo envuelto en intensas charlas con amigos y familiares acerca de si se debe seguir comiendo pescado y carne al ritmo en que se hace en los países industrializados. Puedo decir que veo a mi alrededor un mar destruido por el egoísmo y la codicia de unos pocos; no se enfrenta esta realidad y a la sociedad actual no le va a quedar más remedio que cambiar los hábitos alimenticios para no colapsar los recursos que todavía nos quedan.

Fernando Romo. Segundo Oficial a bordo del barco de Greenpeace MV Arctic Sunrise.

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