Greenpeace escucha a los pescadores artesanales, ¿y el Gobierno?

A lo largo de toda nuestra costa podemos encontrar enclaves pesqueros, lugares donde hombres y mujeres dedican su vida a la pesca artesanal. Día tras día salen a pescar o a mariscar para poder salir adelante. Conocen bien el mar y la costa y sus recursos. Son generaciones y generaciones de familias que han ido transmitiendo sus conocimientos y sus artes que explotan de forma sostenible los recursos pesqueros.

Y no son pocos, el 80% de la pesca española está formada por pesca artesanal y genera unos 35.000 empleos directos e indirectos.

Sin embargo, la bucólica imagen del pescador artesanal faenando solo se emplea para publicitar políticas pesqueras pero no es la voz ni los intereses de estos pescadores los que se oyen y defienden en los despachos y pasillos políticos. Su voz es fácilmente ahogada por el sector pesquero industrial, que supone solo el 20% de nuestra pesca pero que cuenta con una importante arma que es el lobby político.

La reforma de la Política Pesquera Común de la Unión Europea, actualmente en curso, es una oportunidad para que esta norma, que dicta cuánto y cómo deben pescar los barcos europeos, de un giro sustancial hacia una pesca sostenible. Y la pesca artesanal debe tener su merecida voz en este proceso.

Y tienen mucho que decir. A pesar de que España ha recibido el triple de subsidios de la UE para pesca, estas ayudas han ido a parar principalmente a las grandes flotas. Mientras se apoya la construcción y mejora de grandes barcos se subvenciona el desguace de pequeñas embarcaciones. El relevo generacional es cada vez más escaso y además deben enfrentarse a otros problemas indirectos como la contaminación del litoral. Aún así, dan ejemplo de cómo realizar una gestión sostenible de los recursos pesqueros promoviendo la creación de Reservas Marinas, dando un paso por delante de las decisiones políticas.

Este sábado 2 de abril hemos reunido en Madrid a más de 40 representantes del sector pesquero artesanal procedentes de todos los caladeros españoles para que compartan sus experiencias y demandas hacia dónde debería ir la gestión de la pesca. Greenpeace les escucha, ¿hará lo mismo el Gobierno?