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Cinco años de gestión de la Presidenta del CSN

Estevan Bolea deja un Consejo de Seguridad Nuclear sin credibilidad social ni política Estevan Bolea deja un Consejo de Seguridad Nuclear sin credibilidad social ni politica

Comunicado de prensa - octubre 11, 2006
A pocas semanas de que Mª Teresa Estevan Bolea abandone la Presidencia del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), por jubilación, Greenpeace ha hecho un balance de su gestión al frente de este organismo desde su entrada el 18 de julio de 2001.

Mª Teresa Estevan Lobano deja su puesto como presidenta del CSN tras cinco años de gestión

El análisis realizado por Greenpeace* refleja que la gestión de Estevan Bolea, salpicada de graves escándalos con respecto a la seguridad nuclear, ha llevado al CSN a cotas nunca antes alcanzadas de falta de credibilidad a nivel nacional e internacional, de dependencia total de la industria nuclear, de falta de transparencia, de división interna y conflictos con los otros Consejeros, de malestar laboral entre los trabajadores del CSN y de persecución a aquellos que mantienen posturas críticas.

El trato extremadamente favorable a los intereses de la industria nuclear que ha caracterizado la gestión de Estevan Bolea en sus 5 años como Presidenta del CSN, ha quedado en evidencia con su actuación en los diversos escándalos surgidos por el malfuncionamiento y la falta de seguridad de las centrales nucleares españolas.

Esto ha quedado demostrado, como se explica en el informe de Greenpeace, en relación con los fallos técnicos y de cultura de seguridad de Zorita conocidos en 2002 y sobre la decisión de su cierre definitivo; con la violación múltiple de las normas de seguridad en la recarga de Cofrentes en el 2002; con la exención al cumplimiento de las Especificaciones Técnicas de Funcionamiento en relación al fallo de los generadores diesel de emergencia de la central nuclear de Almaraz (2003); con el accidente en el Sistema de Aguas Esenciales de Vandellós-2 (2004 y 2005), siendo éstos algunos de los incidentes de seguridad más notables de los últimos años, pero ni mucho menos los únicos.

El oscurantismo del CSN en su relación con la sociedad y los grupos ecologistas, la ausencia de mecanismos de participación ciudadana y supervisión de la labor del Consejo, son otras dos características que ha dejado Estevan Bolea en el CSN, empeorando la situación que ya existía antes de su llegada.

La "caza de brujas" emprendida por Estevan Bolea nada más entrar en el CSN en el 2001 contra los trabajadores y técnicos del CSN que no compartían sus posicionamientos políticos e inclinaciones pronucleares (persecución denunciada por Greenpeace y otras asociaciones ecologistas, sindicatos como CC.OO y UGT y partidos políticos, quienes han pedido su dimisión en diversas ocasiones), ha provocado un enorme malestar entre los trabajadores del organismo y ha aumentado la enorme brecha que existe entre ella y los otros 4 Consejeros, (quienes en 2004 tuvieron que apelar al Consejo de Estado para que éste dejara claro el carácter colegiado del organismo).

Para Greenpeace, la única solución para acabar con la falta de independencia del CSN con respecto al lobby nuclear y con su comportamiento secretista, es que se apruebe la Proposición de Ley para la reforma del CSN presentada por el grupo parlamentario Izquierda Verde-Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya-Verds (IV-IU-ICV) en el Congreso de los Diputados.

Esta Proposición de Ley, cuya toma en consideración en el Pleno del Congreso tuvo lugar en septiembre de 2005, y cuya tramitación parlamentaria empezó el pasado periodo de sesiones (con la comparecencia de los Consejeros del CSN, expertos independientes, etc.) se encuentra actualmente paralizada de forma inexplicable por el grupo parlamentario Socialista en el Congreso, lo que está impidiendo materialmente que se proceda a su discusión y votación definitiva.

Esta actitud del grupo Socialista en el Congreso con respecto a esta iniciativa contrasta con el apoyo expresado por el Presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero a esta Proposición de Ley y a la reforma del CSN para hacer de él un organismo transparente, independiente de la industria nuclear y convenientemente controlado por el Parlamento y la sociedad.

Greenpeace insta al grupo Socialista a levantar el bloqueo a esta Proposición de Ley y acelerar su tramitación, cuya aprobación es importante también para poder renovar adecuadamente los cargos del Consejo que van a quedar libres (caso de Estevan Bolea) o que han terminado su actual mandato y están en funciones (caso de José Angel Azuara y Paloma Sendín) y acabar con la presente situación de interinidad que padece el CSN y que aumenta aún más su ya habitual debilidad ante las presiones de la industria nuclear.

Ante la renovación de los cargos de Consejeros del CSN, Greenpeace estima que lo importante y urgente es que las personas que se designen para Presidente/a y Consejeros se comprometan ante el Parlamento a que la veracidad, el rigor, la imparcialidad, la transparencia y la proximidad a la ciudadanía y a los agentes sociales sea el único lenguaje del CSN. En definitiva, alguien que esté verdaderamente comprometido con desarrollar lo que resulte de la tramitación parlamentaria de la Proposición de Ley para la reforma del CSN.

Greenpeace hace un llamamiento a los partidos políticos para que aprueben urgentemente la Proposición de Ley de reforma del CSN y resuelvan acto seguido esta situación de interinidad a la que puede verse abocado el CSN y designen a una persona a la altura del cargo de Presidente.

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