Comunicado de prensa - agosto 26, 2004
Cuarenta y cinco activistas de Greenpeace impiden, desde las siete y media de la mañana de hoy, en Monzón (Huesca), que la empresa Montecinca, S.A vierta DDT al río Cinca, afluente del Ebro. Esta planta, que utiliza DDT como producto intermedio en la fabricación de dicofol, es la única fuente de contaminación por DDT en Europa. Los ecologistas, vestidos de calaveras y con cruces en as que se puede leer El DDT Mata y Montecinca envenena con DDT accedieron a las instalaciones de la fábrica sobre las siete y media de la mañana. Un grupo de ellos ha taponado las dos tuberías de vertido al río, mientras otro se encuentra encaramado al tejado de la planta de producción de Montecinca con una pancarta en la que se lee España, cloaca de Europa.
Complejo industrial de Montecinca, S.A. - único en Europa que fabrica dicofol.
Tanto el DDT como las sustancias en las que se degrada son
compuestos muy persistentes en el medio ambiente. Todos ellos
tienen una alta tendencia a la bioacumulación en los seres vivos y
la exposición a estas sustancias se ha relacionado con efectos
sobre el feto, con la disrupción hormonal, con efectos a largo
plazo en el sistema nervioso y con algunos tipos de cáncer. El DDT
es, además, muy tóxico para los organismos acuáticos, las aves y
los mamíferos.
Con esta acción Greenpeace quiere sacar a la luz que el entorno
del Cinca y, por extensión, del Ebro están sufriendo la
contaminación con este peligroso tóxico ante la pasividad del
Gobierno de Aragón y la Confederación Hidrográfica del Ebro,
encargados de velar por la salud pública y del medio ambiente.
"Clausurando las tuberías de vertido al río evitamos que sea la
ciudadanía la que tenga que soportar este coste ecológico y
sanitario cuando la contaminación por DDT es consecuencia sólo de
los intereses económicos de esta empresa. Greenpeace cree que así
lo deberían entender también las Administraciones responsables de
velar por los intereses de la ciudadanía y la protección del medio
ambiente", ha declarado Sara del Río, responsable de la campaña de
tóxicos de Greenpeace.
El río Cinca está sufriendo una alta contaminación desde que en
1987 Montecinca, S.A. comenzó a funcionar. Tal y como revelan los
datos hechos públicos ayer por Greenpeace, las concentraciones de
DDT en los sedimentos del Cinca son 3.000 veces superiores a los
que recomienda la propia Confederacion Hidrográfica del Ebro. El
DDT se ha incorporado en la cadena trófica con el agravante de que
a medida que se asciende en la cadena alimentaria (de los
microorganismos de los sedimentos a los mamíferos) la concentración
aumenta hasta llegar al ser humano, el último eslabón de la
cadena.
El fin de la producción de dicofol desencadenará muchos más
beneficios que problemas. El dicofol, hoy por hoy, no es un
acaricida imprescindible, ya que existen en el mercado alternativas
mucho más seguras, por lo que es un claro ejemplo en el que se
podría aplicar el Principio de Sustitución. Además, aunque España
ratificó en mayo el Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes
Orgánicos Persistentes, debe dar un paso más en su compromiso por
la eliminación de estos peligrosos contaminantes y prohibir
completamente la producción de dicofol, un pesticida ya denostado
que sólo se produce en Israel, China, India, Brasil y en la planta
española de Montecinca, S.A..
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