Comunicado de prensa - mayo 10, 2004
Desde las seis de la mañana, 70 activistas de la organización Greenpeace llevan a cabo una acción de protesta pacífica en unas instalaciones de almacenamiento de soja en el puerto italiano de Ravena. Los activistas, de nacionalidades española, austriaca, finlandesa, danesa y noruega, están intentando evitar que entre o salga soja transgénica de estas instalaciones. Han acordonado la zona y muestran pancartas con frases como: Europa dice no a los transgénicos. Greenpeace quiere que el puerto de Ravena, principal entrada de transgénicos a Italia, sea declarado Zona libre de transgénicos.
Europa dice NO a los Transgénicos
La compañía Bunge, que habitualmente se abastece de estas
instalaciones, no descarta seguir importando transgénicos.
Greenpeace había tomado muestras de soja de esta instalación,
resultando transgénicas.
Esta acción se enmarca en una campaña contra los transgénicos en
todo el planeta. La semana pasada, en el puerto Brasileño de
Paranaguá, evitaron que se cargara soja no transgénica en un barco
cargado con soja transgénica argentina perteneciente a la compañía
Bunge. Ayer el barco Esperanza de la organización interceptaba otro
buque cargado con 40.000 toneladas de soja transgénica argentina en
el puerto italiano de Chioggia; los activistas seguían, esta
mañana, encaramados a diversas estructuras del barco, cuya carga
pertenece a las compañías Bunge y Cargill.
El miércoles 12 está prevista una reunión en Barcelona entre
máximo representante a nivel internacional de Bunge (cuya filial
española es Moyresa) y los responsables de la campaña contra los
transgénicos de Greenpeace España e Internacional. En ella se
tratará el comercio de soja transgénica llevado a cabo por esta
compañía que acapara el 70% del mercado nacional de molturación de
soja.
"Greenpeace seguirá denunciando ante la opinión pública a
aquellas empresas que siguen haciendo negocio con la soja
transgénica."- ha declarado Juan-Felipe Carrasco, responsable de la
campaña contra los transgénicos de Greenpeace. -"Estos productos
tienen como destino la industria alimentaria, por lo que
Moyresa/Bunge Ibérica tiene una posición privilegiada para influir
sobre estos mercados y sobre la calidad de la alimentación de todos
los ciudadanos europeos".
El pasado 20 de abril, Greenpeace denunciaba, con una acción de
protesta en su fábrica de Cartagena, que esta empresa comercia con
alimentos transgénicos. La empresa pretendía entonces contaminar un
barco de soja no transgénica procedente de Brasil en una
instalación que procesa indiferentemente soja transgénica y no
transgénica. Moyresa afirmó que los almacenes habían sido
descontaminados. Sin embargo, los análisis de las muestras que
Greenpeace tomó durante la acción arrojan un impresionante
resultado: al menos una de las muestras tomadas contiene 74% de
transgénicos.
Greenpeace espera que el nuevo Gobierno trabaje activamente en
contra de la contaminación genética y ponga en marcha los
mecanismos de inspección y control que exige la legislación europea
e internacional (como el Protocolo de Bioseguridad) que el anterior
gobierno pasó por alto. Greenpeace defiende el derecho de los
ciudadanos a elegir su alimentación, sobre todo teniendo en cuenta
los 4 millones de toneladas de soja y el más de medio millón de de
maíz transgénicos que entran en nuestros alimentos sin nuestro
conocimiento.
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