Pescadores realizando un trasbordo de atún desde un buque cerquero taiwanés en la bahía de Tarawa. Las poblaciones de atún rabil y patudo en el Pacífico Occidental y Central podrían sufrir un colapso en tres años a no ser que la presión pesquera actual sea reducida drásticamente. Greenpeace pide una reducción del 50% de las capturas de atún en el Pacífico, y el establecimiento de una red global de reservas marinas. El barco MY Esperanza de Greenpeace se encuentra actualmente en el Pacífico, exponiendo los problemas de la sobrepesca y la pesca ilegal en la región, como parte de la expedición de 15 meses “En Defensa de Nuestros Océanos”.
"Los grandes distribuidores y la industria pesquera pueden y
deben ir hacia políticas de compra sostenibles y dejar de proveerse
de especies de esta lista roja", ha declarado Paloma Colmenarejo,
responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace, quien añade que
"el listado es una herramienta fácil y eficiente tanto para
consumidores como para la industria y todos los sectores
interesados en garantizar el futuro de la pesca".
Greenpeace, junto a varios científicos, ha desarrollado una
metodología para evaluar el estado de explotación de la mayoría de
las pesquerías y de los métodos empleados en la pesca o en la
producción de especies pesqueras, considerando también los sistemas
de pesca destructivos. Algunas de las especies en la lista roja
pueden provenir de stocks que aún no están agotados o haber sido
capturadas con métodos sostenibles. Para que no se produzcan
confusiones, Greenpeace reclama a los distribuidores que
especifiquen claramente el origen y la sostenibilidad de todos los
productos pesqueros que llegan a los mercados.
"El atún rojo, el patudo, el rabil y el atún blanco o bonito del
Norte están en rojo", continua Paloma Colmenarejo. "Desde
Greenpeace pedimos que se deje de pescar y comerciar estas especies
y todas las que están en rojo hasta que los stocks se hayan
recuperado a niveles sostenibles. Si las empresas no consideran que
su productos pesqueros deberían estar en esta lista, Greenpeace les
invita a utilizar esta metodología y evaluar la situación
específica para sus productos o granjas acuícolas".
La organización ecologista pide la declaración de una red global
de reservas marinas que abarque el 40% de los océanos como esencial
para protegerlos de los impactos del cambio climático, recuperar la
salud de los stocks pesqueros y proteger la vida marina de la
destrucción y el colapso.
Notas
Cinco criterios para un consumo responsable de pescado:
-Come menos pescado: Los océanos no pueden soportar el continuo
aumento de consumo.
-Rechaza los inmaduros: No los consumas y denuncia su venta al
Servicio de Protección de la Naturaleza (900 101 062).
-Mejor el más cercano: Piensa en el gasto energético que supone
el transporte y en el impacto sobre las poblaciones locales que
pierden acceso a sus recursos.
-La pesca selectiva es más sostenible: Mejor consumir especies
capturadas con anzuelos y redes artesanales que con redes
industriales, en las que apenas hay selección de lo que se
captura.
-La acuicultura no es la solución a la crisis de los océanos: La
mayoría de las especies criadas o engordadas en granjas necesitan
de otros peces para alimentarse. Consume solamente especies
herbívoras y marisco obtenidos de forma sostenible.
La metodología para determinar estas especies pesqueras en rojo
tiene en cuenta:
- Las especies con una tasa de crecimiento y capacidad
reproductiva, que les hace vulnerables a la sobreexplotación;
- Las especies que provienen de stocks con sobrepesca o agotados;
o que están siendo capturadas a un ritmo tan intenso que pronto
estarán clasificadas como sobreexplotadas;
- Los métodos de pesca utilizados son muy destructivos tanto para
otras especies como para los hábitats marinos.
La metodología para determinar estas especies pesqueras en rojo
provenientes de acuicultura tiene en cuenta:
- Dependencia en reponer con huevos o juveniles salvajes de las
especies en nuestra lista;
- Relación con escapes de un alto número de especies no
autóctonas de la zona;
- Alimentación que requiere más de 3 kilos de pescado salvaje,
capturado específicamente para hacer harina y aceite de pescado
para conseguir un kilo de pescado de granja;
- Relación con el aumento de enfermedades en las poblaciones
salvajes en las cercanías de las granjas.
La metodología se puede consultar en
http://www.greenpeace.org/espana/mercados-pesqueros/glosario