Vista aérea de la deforestación del parque nacional de Tanjung Puting en Borneo, Indonesia
El Amazonas alberga el 30 % de la diversidad biológica
terrestre, y esta riqueza está amenazada por actividades como la
explotación maderera, la construcción de carreteras, los incendios,
y el aclareo y roturación de la selva para la ganadería y la
agricultura, principalmente el cultivo de soja.
"Desde la Cumbre de la Tierra en Río en 1992, la amazonía
brasileña ha perdido más de 230.000 kilómetros cuadrados por
actividades humanas, un área semejante a la mitad de la superficie
de España" -ha declarado Paulo Adario, Coordinador de la Campaña
Amazónica de Greenpeace en Brasil- "La deforestación y los
incendios en el Amazonas son las principales fuentes de emisiones
de CO2 en Brasil, contribuyendo de este modo al cambio climático,
que a su vez aumenta el número de incendios".
El Amazonas tiene un importante papel en nuestro sistema
climático y en el ciclo del agua, ya que almacena grandes
cantidades de carbono, así como una gran cantidad del agua dulce
del mundo. La red fluvial de 100.000 kilómetros que conforman la
cuenca amazónica depende de la existencia de la selva, porque el 50
% de las precipitaciones en esta región se producen a causa de este
sistema forestal. Un bosque con menor humedad es más vulnerable a
los incendios.
Aumentando las emisiones de CO2 se contribuye más al cambio
climático, este a su vez reduce la humedad de la selva haciéndola
más susceptible a los incendios, que a su vez emiten más CO2
generando un devastador circulo vicioso.
"El Amazonas es víctima y verdugo, contribuye al cambio
climático por la deforestación y posteriormente sufre sus impactos.
Se encuentra entre dos acontecimientos destructivos cuyos efectos
se combinan, pudiendo llegar a convertir este impresionante bosque
primario en praderas y desiertos si no se toman medidas para
detener la deforestación y para combatir el cambio climático" -ha
declarado Marcelo Furtado, director de campañas de Greenpeace
Brasil desde la Cumbre de Cambio Climático.
"España tiene también responsabilidad en la destrucción del
Amazonas. Las emisiones de nuestro país contribuyen al cambio
climático que afecta a todo el planeta. También es responsable de
la deforestación ya que nuestro país importa madera procedente de
la tala ilegal en la selva amazónica" -añadió Raquel Montón,
portavoz de Greenpeace España en la cumbre de Buenos Aires.
Greenpeace demanda a los gobiernos actuar urgentemente para
detener la deforestación y proteger la diversidad biológica de la
tierra y a las poblaciones y culturas de las comunidades que viven
en estos territorios. Los gobiernos deben acometer importantes
reducciones de CO2 para salvar a los millones de personas que
actualmente están amenazadas.
¡Hazte Socio de Greenpeace!
Greenpeace es una organización independiente, que no acepta
donaciones ni presiones de gobiernos, partidos políticos o empresas
y cuya actividad depende exclusivamente de las aportaciones
voluntarias de socios y simpatizantes. Si quieres ayudar a
Greenpeace, hazte socio
ahora