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El cambio climático y la deforestación destruyen el Amazonas

Comunicado de prensa - diciembre 15, 2004
Greenpeace advierte que el cambio climático y la deforestación acumulan sus devastadores efectos sobre la cuenca amazónica. Esta región alberga el bosque primario más grande del mundo con casi 700 millones de hectáreas en 9 países, una superficie semejante al tamaño de Estados Unidos. Greenpeace presenta hoy en la Cumbre de Cambio Climático en Argentina los últimos datos que vinculan la deforestación en la Amazonia y el aumento del cambio climático.

Vista aérea de la deforestación del parque nacional de Tanjung Puting en Borneo, Indonesia

El Amazonas alberga el 30 % de la diversidad biológica terrestre, y esta riqueza está amenazada por actividades como la explotación maderera, la construcción de carreteras, los incendios, y el aclareo y roturación de la selva para la ganadería y la agricultura, principalmente el cultivo de soja.

"Desde la Cumbre de la Tierra en Río en 1992, la amazonía brasileña ha perdido más de 230.000 kilómetros cuadrados por actividades humanas, un área semejante a la mitad de la superficie de España" -ha declarado Paulo Adario, Coordinador de la Campaña Amazónica de Greenpeace en Brasil- "La deforestación y los incendios en el Amazonas son las principales fuentes de emisiones de CO2 en Brasil, contribuyendo de este modo al cambio climático, que a su vez aumenta el número de incendios".

El Amazonas tiene un importante papel en nuestro sistema climático y en el ciclo del agua, ya que almacena grandes cantidades de carbono, así como una gran cantidad del agua dulce del mundo. La red fluvial de 100.000 kilómetros que conforman la cuenca amazónica depende de la existencia de la selva, porque el 50 % de las precipitaciones en esta región se producen a causa de este sistema forestal. Un bosque con menor humedad es más vulnerable a los incendios.

Aumentando las emisiones de CO2 se contribuye más al cambio climático, este a su vez reduce la humedad de la selva haciéndola más susceptible a los incendios, que a su vez emiten más CO2 generando un devastador circulo vicioso.

"El Amazonas es víctima y verdugo, contribuye al cambio climático por la deforestación y posteriormente sufre sus impactos. Se encuentra entre dos acontecimientos destructivos cuyos efectos se combinan, pudiendo llegar a convertir este impresionante bosque primario en praderas y desiertos si no se toman medidas para detener la deforestación y para combatir el cambio climático" -ha declarado Marcelo Furtado, director de campañas de Greenpeace Brasil desde la Cumbre de Cambio Climático.

"España tiene también responsabilidad en la destrucción del Amazonas. Las emisiones de nuestro país contribuyen al cambio climático que afecta a todo el planeta. También es responsable de la deforestación ya que nuestro país importa madera procedente de la tala ilegal en la selva amazónica" -añadió Raquel Montón, portavoz de Greenpeace España en la cumbre de Buenos Aires.

Greenpeace demanda a los gobiernos actuar urgentemente para detener la deforestación y proteger la diversidad biológica de la tierra y a las poblaciones y culturas de las comunidades que viven en estos territorios. Los gobiernos deben acometer importantes reducciones de CO2 para salvar a los millones de personas que actualmente están amenazadas.

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