El equipo del barco MV Esperanza de Greenpeace interceptan a un barco arrastrero español en el Atlántico Norte.
Según Cousteau,"a no ser que Naciones Unidas actúe rápidamente
mediante una resolución que imponga una moratoria sobre la pesca de
arrastre en profundidad, seguirán produciéndose daños irreversibles
a uno de los lugares más vulnerables del Planeta: las profundidades
marinas".
En febrero de 2004, 1.136 científicos de 69 países aprobaron una
declaración expresando su profunda preocupación por "las
actividades humanas, y en particular la pesca de arrastre de fondo,
que están causando daños irreversibles a los corales de aguas frías
y a las comunidades de esponjas en las plataformas marinas, montes
submarinos y en las dórsales oceánicas". En su declaración los
científicos demandaron a los Gobiernos y a Naciones Unidas el
establecimiento de una moratoria sobre la pesca de arrastre en alta
mar.
"El impacto del arrastre de profundidad es más que evidente y la
literatura científica que apoya este hecho muy abundante, como es
evidente el mal estado de las pesquerías explotadas en estos
ecosistemas. Lo verdaderamente acientífico es pretender seguir
explotando los ecosistemas profundos sin contar con los datos
mínimos necesarios para garantizar que no se producirán daños
irreversibles", ha declarado Sebastián Losada, responsable de
océanos de Greenpeace.
Mientras tanto Greenpeace continúa con el MV Esperanza su
expedición en el Atlántico Norte contra la pesca de arrastre de
profundidad, de momento ya han documentado la destrucción de este
tipo de pesca tras localizar y subir a dos arrastreros españoles,
el Ivan Nores y el Playa Menduiña. Ayer y durante el fin de semana
activistas de Greenpeace intentaron detener al Playa Menduiña y
colgaron en su casco una pancarta en la que se podía leer: "UE:
destructora de las profundidades marinas" ("EU Deep Sea
Destroyer"). Otro activista se enganchó a la red del barco para
impedir que continuara su actividad.
CONTINÚA LA ACCIÓN DE GREENPEACE CONTRA EL BARCO ARRASTRERO
ESPAÑOL EN EL ATLÁNTICO NORTE
Un activista de Greenpeace se ha lanzado a la red del barco
arrastrero español "Playa de Menduiña" para impedir que continuara
con la pesca de arrastre de profundidad que estaba llevando a cabo
en esos momentos en aguas del Atlántico Norte. Al mismo tiempo han
salido las zodiacs de la organización con pancartas en las que se
podía leer: "UE: destructora de las profundidades marinas" ("EU
Deep Sea Destroyer"). La acción tiene lugar el mismo día que
comienza en la sede de Naciones Unidas en Nueva York las
negociaciones para decidir si se adopta una moratoria para la pesca
de arrastre de profundidad en montes submarino
Las acciones de Greenpeace contra este arrastrero comenzaron
este fin de semana; tras localizar al barco en aguas del Hatton
Bank, un área situada a 400 millas al noroeste de Irlanda,
Greenpeace hizo un llamamiento al capitán del Playa de Menduiña
para que cesara su actividad, causante de la destrucción de las
profundidades que dan cobijo a multitud de vida marina. Tras la
negativa del barco a detenerse, activistas de Greenpeace se
acercaron en varias zodiacs y colocaron una pancarta en el casco
para pedir el cese de la destrucción de las profundidades marinas
con la pesca de arrastre de profundidad.
Previamente Greenpeace había evidenciado en el caso del Playa de
Menduiña la gran cantidad de pescado y otras formas de vida marina
que estaban arrojando por la borda. Entre las capturas figuraban
ejemplares de muy pequeño tamaño de especies de interés comercial
como el granadero de roca y el talismán, extremadamente vulnerables
a la presión pesquera, y otras entre las que se encontraban 41
tiburones de profundidad pertenecientes a tres especies, un gran
cangrejo araña, estrellas de mar, cangrejos ermitaños, entre otras
muchas especies.
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