Comunicado de prensa - agosto 1, 2008
El presidente de Gobierno de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha firmado hoy el acuerdo presidencial para crear el Fondo Amazónico con el propósito de luchar contra la deforestación y para promocionar actividades forestales sostenibles. Los fondos pretender llegar a mil millones de dólares en su primer año y ya ha conseguido la primera donación, 100 millones de dólares de Noruega, que se hará efectiva en septiembre durante la visita del presidente noruego a Brasil.
Imagen de la selva de la amazonia
El Fondo Amazónico se gestionará a través del Banco de
Desarrollo Brasileño (BNDES). El destino de los fondos se aprobará
por un consejo compuesto por tres cámaras: una del Gobierno
Federal, otra del Gobierno del Estado Amazónico y la tercera cámara
estará compuesta por representantes de la sociedad civil incluyendo
ONG, comunidades indígenas, trabajadores rurales, industria y
académicos. La decisión de dicho consejo será consensuada y cada
cámara tendrá derecho a un solo voto.
Los fondos pueden recibir contribuciones nacionales e
internacionales, excepto del Gobierno brasileño que tendrá que
garantizar más agilidad e independencia en la toma de decisiones y
destino de los recursos.
"Por fin, Brasil conseguirá recursos significativos para luchar
contra la deforestación amazónica y admitir el valor de la selva"
-ha afirmado Marcelo Furtado, Director ejecutivo de Greenpeace
Brasil.
La iniciativa de Fondos para la Amazonia se ha inspirado en la
propuesta de 2007 de Greenpeace y otras ocho organizaciones
brasileñas de Deforestación Zero hasta 2015. "Estos fondos
concuerdan también con la propuesta de Greenpeace de crear un
mecanismo financiero que aumente los fondos para reducir la
deforestación tropical a escala global" -ha añadido Furtado.
La deforestación tropical es responsable de al menos el 20% de
las emisiones de gases de efecto invernadero, más que todas las
emisiones internacionales del sector de transporte.
Lula también lanzó un proyecto de ley al Congreso brasileño para
crear recursos generados procedentes de la explotación de petróleo
de cara a abordar los efectos del cambio climático como parte del
Plan Brasileño de Cambio Climático. Este plan se presentó en
septiembre de 2007 y su ejecución se ha retrasado.
La tercera medida anunciada hoy ha sido la revisión del llamado
Protocolo Verde, en el que los bancos brasileños se han
comprometido a financiar actividades sostenibles. El Gobierno
brasileño todavía está esperando a que estos bancos privados se
adhieran a la iniciativa.