La región de Aysén, en la Patagonia chilena, se enfrenta a la amenaza de cinco presas artificiales que pretende hacer HidroAysen, controlada por ENDESA, para producir electricidad que se consumirá a miles de kilómetros
Chile, paradójicamente, dispone de numerosas fuentes potenciales
de energía, pero se trata de fuentes renovables no convencionales
que, para su efectiva utilización, necesitarían de importantes
inversiones.
La solución más inmediata es la hidroeléctrica. ENDESA considera
sus proyectos en la Patagonia como soluciones eficaces en lo
energético y limpias en lo ecológico. Pero numerosas organizaciones
sociales, ecologistas, empresariales y cívicas de la región de
Aysén, donde se
ubicarían las primeras centrales, piensan lo contrario.
Consideran que el represamiento de los ríos tendría un efecto
negativo sobre los ecosistemas del lugar.
Además, otro factor hace que aumente el rechazo al proyecto de
ENDESA. La energía que se extraiga de los ríos patagónicos -el
Baker, el Pascua, el Puelo, etc.- no serviría para cubrir las
necesidades de estas regiones meridionales, sino que será
transportada más de dos mil
kilómetros hacia el norte, para atender las demandas de la
capital, Santiago, y de las compañías mineras. Eso supone construir
el tendido eléctrico más largo del mundo. Esos cables recorrerían
medio país y, a decir de los ecologistas, perturbarían gravemente
un paisaje único.
La campaña "Patagonia sin represas" cuenta con un importante
respaldo internacional, tanto de grupos ecologistas como de
intelectuales y artistas.
Más información
La multinacional eléctrica española ENDESA, socia mayoritaria de
la empresa HidroAysén, quiere construir cinco grandes presas
hidroeléctricas en la Patagonia chilena. Estos proyectos se
asentarían sobre los ríos Baker y Pascua, ambos completamente
vírgenes, inundando miles de hectáreas.
Se da la circunstancia de que la región afectada por estos
proyectos - Aysén- optó por un modelo de desarrollo sostenible que,
con el eslogan Aysén, reserva de vida, nada tiene que ver con el
modelo que plantea ENDESA para la región.
De llevarse a cabo, estos proyectos serían solo los primeros de
una serie de presas que inundarían la Patagonia chilena dañándola
de forma irreversible. Otras empresas tienen la concesión para
repetir la operación en otros ríos patagónicos, por lo que
finalmente se llenarían la Patagonia chilena de presas
hidroeléctricas.
Todo ello conllevaría la inundación de miles de hectáreas de
zonas naturales. Sólo los proyectos de ENDESA afectarían a un
mínimo de 6.000 hectáreas, aunque esos son dato s de la propia
empresa ya que todavía no se conocen los proyectos en detalle.
El consumo de energía se produce fundamentalmente en el norte de
Chile, razón por la cual esta red de presas debe complementarse con
una la construcción de una red eléctrica de alta tensión que
atravesaría el país de norte a sur. En total más de 2.300
kilómetros de línea eléctrica afectando a muchos espacios, muchos
de ellos naturales.
A pesar de que el proyecto se vende como una iniciativa para
generar energía para el pueblo chileno, lo cierto es que el mayor
crecimiento proyectado de la demanda eléctrica se utilizaría por la
minería, y más en concreto para alimentar con energía a los grandes
nuevos proyectos de las multinacionales mineras, como el
controvertido Pascua Lama, entre otros.
Desde nuestro punto de vista el Gobierno de Chile no debe
permitir que estos proyectos se lleven a cabo. Pero esperamos que
la nueva dirección de ENDESA reflexione sobre la insostenibilidad
de los mismos, y no los lleve a cabo.
Juan López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace España
Más información sobre la campaña en:
- Carta a Endesa (vídeo)
- Galería de imágenes
- Blog de Greenpeace
- Patagonia sin represas