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Monsanto gana en Canadá el derecho a contaminar los cultivos con transgénicos

Percy Schmeiser pierde el juicio por contaminación en el Supremo aunque no tendrá que pagar ni las semillas ni los costes legales del caso

Comunicado de prensa - mayo 21, 2004
Tras años de lucha contra el gigante biotecnológico Monsanto, Percy Schmeiser, un agricultor canadiense que Monsanto acusó de usar su colza Roundup Ready sin licencia, ha perdido su apelación en la Corte Suprema de Justicia de Canadá. En un fallo de 5-4, la Corte Suprema canadiense estimó que Schmeiser había violado la patente de Monsanto al utilizar semillas de colza transgénica que habían crecido en su propiedad el año anterior.

Monsanto lleva Percy Schmeiser a tribunal acusado de utilizar semillas de colza transgénica patentada por esta multinacional

"Éste es un día triste para los agricultores de todo el mundo", manifestó Pat Venditti, coordinador de la campaña de ingeniería genética en Canadá. "La colza de Monsanto ha estado contaminando con transgénicos los campos del oeste de Canadá durante años y no hay manera de controlar su contaminación. Por desgracia, la Corte ha estimado que Monsanto puede seguir contaminando los campos de los agricultores y amenazándoles después con pleitos costosos si no pagan su patente. Los agricultores deberían tener el derecho de mantener sus campos libres de ingeniería genética, pero la Corte ha estimado que es mejor dejar esa decisión en manos de Monsanto", añadió Venditti.

En 1997, Schmeiser descubrió, mientras echaba herbicida en su sembrado, que parte de sus plantas de colza habían sido contaminadas por el polen de la colza resistente al herbicida patentado por Monsanto.

En agosto de 1998, Monsanto inició un pleito contra Schmeiser por infracción de la patente, alegando que Schmeiser había adquirido y plantado semillas sin licencia que contenían genes patentados y que después había vendido las semillas de estas cosechas infringiendo así la patente de la empresa. Schmeiser se ha convertido en una figura muy conocida durante su larga batalla legal contra Monsanto.

En la Corte Suprema canadiense se deliberaron tres temas básicos:

1)La validez y alcance de las patentes genéticas- el hecho de si puede o no patentarse la vida.

2)¿Con qué tipo de uso se comete una infracción? Schmeiser argumentó que puesto que él nunca había rociado sus plantas con el herbicida Roundup de Monsanto y, por lo tanto, nunca se había aprovechado de la resistencia al herbicida del cultivo, nunca se benefició en forma alguna de la presencia del material patentado de Monsanto en sus cultivos. Schmeiser argumentó que, puesto que no hizo uso del invento de Monsanto, no violó la patente de la empresa.

3) El problema del "ciudadano inocente". Schmeiser manifestó que cuando el material patentado se mezcla de forma pasiva e inadvertida con la propiedad privada, el tenedor de bienes no debería ser legalmente responsable ante el tenedor de la patente. En vez de esto, en estos casos debería protegerse al ciudadano inocente frente a la licencia sobreentendida del tenedor de la patente.

"La contaminación genética procedente de colza transgénica es desenfrenada", explicó Venditti. "Monsanto ha introducido un cultivo incontrolable sin tener que hacerse cargo de responsabilidad civil alguna hacia los agricultores o el público. Este fallo ignora la gran contaminación provocada por Monsanto. La decisión de la Corte hace a los agricultores responsables de la contaminación genética de Monsanto, lo que significa que Monsanto puede llegar a los campos de los agricultores y robar sus beneficios y sustentos", concluyó.

El fallo jurídico se da tras dos importantes reveses para Monsanto, que acaba de dar marcha atrás en sus planes de comercializar trigo transgénico en todo el mundo y colza transgénica en Australia después de la fuerte oposición de los consumidores y la industria a tales cultivos. Una pequeña victoria para Schmeiser es que no tendrá que pagar a Monsanto ni las semillas ni los costes legales derivados del caso.