Tras años de lucha contra el gigante biotecnológico Monsanto, Percy Schmeiser, un agricultor canadiense que Monsanto acusó de usar su colza Roundup Ready sin licencia, ha perdido su apelación en la Corte Suprema de Justicia de Canadá. En un fallo de 5-4, la Corte Suprema canadiense estimó que Schmeiser había violado la patente de Monsanto al utilizar semillas de colza transgénica que habían crecido en su propiedad el año anterior.
Monsanto lleva Percy Schmeiser a tribunal acusado de utilizar semillas de colza transgénica patentada por esta multinacional
"Éste es un día triste para los agricultores de todo el mundo",
manifestó Pat Venditti, coordinador de la campaña de ingeniería
genética en Canadá. "La colza de Monsanto ha estado contaminando
con transgénicos los campos del oeste de Canadá durante años y no
hay manera de controlar su contaminación. Por desgracia, la Corte
ha estimado que Monsanto puede seguir contaminando los campos de
los agricultores y amenazándoles después con pleitos costosos si no
pagan su patente. Los agricultores deberían tener el derecho de
mantener sus campos libres de ingeniería genética, pero la Corte ha
estimado que es mejor dejar esa decisión en manos de Monsanto",
añadió Venditti.
En 1997, Schmeiser descubrió, mientras echaba herbicida en su
sembrado, que parte de sus plantas de colza habían sido
contaminadas por el polen de la colza resistente al herbicida
patentado por Monsanto.
En agosto de 1998, Monsanto inició un pleito contra Schmeiser
por infracción de la patente, alegando que Schmeiser había
adquirido y plantado semillas sin licencia que contenían genes
patentados y que después había vendido las semillas de estas
cosechas infringiendo así la patente de la empresa. Schmeiser se ha
convertido en una figura muy conocida durante su larga batalla
legal contra Monsanto.
En la Corte Suprema canadiense se deliberaron tres temas
básicos:
1)La validez y alcance de las patentes genéticas- el hecho de si
puede o no patentarse la vida.
2)¿Con qué tipo de uso se comete una infracción? Schmeiser
argumentó que puesto que él nunca había rociado sus plantas con el
herbicida Roundup de Monsanto y, por lo tanto, nunca se había
aprovechado de la resistencia al herbicida del cultivo, nunca se
benefició en forma alguna de la presencia del material patentado de
Monsanto en sus cultivos. Schmeiser argumentó que, puesto que no
hizo uso del invento de Monsanto, no violó la patente de la
empresa.
3) El problema del "ciudadano inocente". Schmeiser manifestó que
cuando el material patentado se mezcla de forma pasiva e
inadvertida con la propiedad privada, el tenedor de bienes no
debería ser legalmente responsable ante el tenedor de la patente.
En vez de esto, en estos casos debería protegerse al ciudadano
inocente frente a la licencia sobreentendida del tenedor de la
patente.
"La contaminación genética procedente de colza transgénica es
desenfrenada", explicó Venditti. "Monsanto ha introducido un
cultivo incontrolable sin tener que hacerse cargo de
responsabilidad civil alguna hacia los agricultores o el público.
Este fallo ignora la gran contaminación provocada por Monsanto. La
decisión de la Corte hace a los agricultores responsables de la
contaminación genética de Monsanto, lo que significa que Monsanto
puede llegar a los campos de los agricultores y robar sus
beneficios y sustentos", concluyó.
El fallo jurídico se da tras dos importantes reveses para
Monsanto, que acaba de dar marcha atrás en sus planes de
comercializar trigo transgénico en todo el mundo y colza
transgénica en Australia después de la fuerte oposición de los
consumidores y la industria a tales cultivos. Una pequeña victoria
para Schmeiser es que no tendrá que pagar a Monsanto ni las
semillas ni los costes legales derivados del caso.