Activistas de Greenpeace escalan la Sagrada Familia para pedir la protección de los océanos
Al mismo tiempo que el Programa de Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (PNUMA) se reúne en Barcelona con motivo del Día Mundial
del Medio Ambiente para discutir el futuro de nuestros océanos,
Greenpeace ha querido demandar con esta acción una moratoria
inmediata sobre la pesca de arrastre de fondo, práctica causante de
la destrucción de una de las mayores riquezas de los océanos: los
montes submarinas.
La pesca de arrastre de profundidad ocasiona daños irreparables
en los
fondos marinos. Enormes redes cargadas de pesos son arrastradas
por el suelo marino. Las redes van unidas a dos planchas de metal
de unas 10 toneladas que se clavan en los fondos y destruyen todo a
su paso. Esta destrucción acaba con corales de agua fría que han
tardado cientos de años en crecer y todas las especies que viven
asociadas a ellos, también cambian la topografía del fondo, por lo
que las especies pierden sus hábitats.
Miles de especies
que habitan en las profundidades -desde peces de 150 años de edad
hasta arañas y calamares gigantes- están gravemente amenazadas por
la pesca de arrastre de profundidad. La semana que viene,
representantes de todo el mundo se reunirán para debatir el futuro
del medio marino en una reunión de Naciones Unidas, que se
celebrará en Nueva York (1). Allí también estará presente
Greenpeace para pedir la moratoria de la pesca de arrastre en los
montes submarinos. Al mismo tiempo, el velero Rainbow Warrior
navega en aguas de Nueva Zelanda, donde la pesca de arrastre de
profundidad es habitual, para denunciar esta agresiva práctica.
"
Todo el mundo reconoce que los océanos están en crisis. No
podemos continuar explotándolos hasta su extinción" declaró
Sebastián Losada, responsable de la Campaña de Océanos de
Greenpeace. "Las profundidades marinas son los últimos espacios
desconocidos del planeta. Estamos ante una carrera contrarreloj y
las Naciones Unidas tienen que llegar a un compromiso real para
salvar los océanos".
Existen más mapas de la luna que de los océanos, y las
profundidades
marinas permanecen como los últimos espacios desconocidos del
mundo. Hasta hace poco, se creía que existía muy poca vida en los
profundos y oscuros fondos marinos, pero las nuevas tecnologías han
mostrado que estos espacios albergan una de las mayores reservas de
biodiversidad del planeta. El reto está en conseguir que el
arrastre de profundidad no destruya toda la vida marina antes de
que sea incluso descubierta.
Al igual que la biodiversidad de las selvas tropicales, esponjas
y corales de profundidad, junto a otras criaturas desconocidas
constituyen una fuente potencial de productos medicinales. Las
profundidades pueden tener la respuesta a cuestiones acerca de los
orígenes de la vida en nuestro planeta.
"A menos que en la reunión de Naciones Unidas se adopten medidas
urgentes para detener la pesca de arrastre de profundidad, estudiar
la vida que existe a miles de metros de profundidad y lograr un
compromiso a corto plazo para conseguir el apoyo de la industria
pesquera, muchas especies desaparecerán antes de haber sido incluso
identificadas" declaró María José Caballero, portavoz de Greenpeace
en la reunión de Naciones Unidas. "Debemos trabajar todos juntos
para salvar nuestros océanos y el primer paso debe ser una
moratoria mundial en la pesca de arrastre de profundidad".
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