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Los vertidos urbanos e industriales provocan que la calidad del agua sea muy deficiente

Greenpeace exige al Gobierno catalán un plan para erradicar los vertidos industriales imponiendo sistemas de producción limpia

Comunicado de prensa - octubre 25, 2005
Greenpeace califica de muy deficiente el estado del agua en las Cuencas Internas de Cataluña en su informe “Agua” presentado hoy en rueda de prensa. De hecho, la Administración catalana reconoce que el 19% de sus masas de agua superficiales podrán cumplir los objetivos ambientales de la Directiva Marco del Agua, DMA. Es decir, que sólo el 19% podría tener en 2015 un estado de calidad suficiente para mantener su poder de autodepuración y los ecosistemas que dependen de ella.

La DMA es la ley europea que rige la política desde el 2004 y tendrá que cumplirse en su totalidad antes del 2015. Esta Directiva trata de recuperar la calidad de las aguas continentales abandonando la política de infraestructuras hidráulicas, que se ha demostrado ineficaz y obsoleta, y adoptando una visión ambientalista del medio hídrico que permita su adecuada protección.

Los principales problemas de la cuenca son:

  • Los vertidos de origen industrial. Por su peligrosidad y toxicidad causan graves efectos sobre el medio ambiente y la salud pública. Los ríos más contaminados son el Foix y Morgent, seguidos por el Llobregat y el Besós.

  • La contaminación que sufren los ríos. La causa fundamental es el vertido de aguas residuales urbanas. Importantes municipios como Barcelona, Sabadell, Viladecans no depuran sus aguas o lo hacen de forma poco eficiente.

  • La contaminación de sus acuíferos. Las malas prácticas agrícolas y ganaderas han provocado que el 15% de los acuíferos estén afectados por contaminación por nitratos (con niveles superiores a los 50mg/l).

  • La excesiva demanda de agua. Los responsables son la agricultura, la demanda urbana (el 92% de la población catalana habita en la cuenca) y turística (campos de golf y segundas residencias). El resultado es la sobreexplotación(1) y la salinización(2)de sus acuíferos.

Si la Administración catalana no pone los medios necesarios para paliar esta grave situación y conservar su medio hídrico, las Cuencas Internas de Cataluña no sólo continuará sufriendo problemas de disponibilidad de agua, sino que estos problemas se agudizarán por los elevados índices de contaminación y la creciente demanda.

"La lucha contra la contaminación no sólo permitirá aumentar más la disponibilidad de recursos hídricos que la construcción de embalses y trasvases, sino que es la única forma de asegurar que habrá agua para las futuras generaciones. Por eso la Generalitat tiene que eliminar los vertidos industriales a sus ríos y acuíferos que están poniendo en peligro la salud pública y el medio ambiente", ha declarado Julio Barea, responsable de la campaña de aguas de Greenpeace.

"También es necesario que dejen de incumplir la ley y pongan en marcha un plan de saneamiento integral de todas las aguas residuales. Si se siguen postergando estas medidas la cuenca no cumplirá los objetivos de la DMA", añadió.

Éstas son algunas de las conclusiones que Greenpeace ha extraído sobre las Cuencas Internas de Cataluña en su informe "Agua: la calidad de las aguas en España. Un estudio por cuencas", el primero que analiza la totalidad de las aguas continentales españolas (ríos, acuíferos, lagos, humedales, estuarios, rías...).

Greenpeace ha realizado esta investigación para conocer el estado de las aguas continentales en un momento crucial: la entrada en vigor de la DMA. El estudio se centra en la calidad de los recursos hídricos, que será en el futuro la que marcará la disponibilidad del agua en todo el Estado. El término calidad incluye la contaminación (grado de toxicidad de los diferentes vertidos), el estado ecológico de las aguas superficiales (la buena salud del ecosistema y su capacidad de regeneración) y el estado químico de las subterráneas.

La principal conclusión del informe afirma que en el Estado español sólo el 11% de las aguas superficiales y el 16% de las subterráneas están en este momento en condiciones de cumplir en 2015 los objetivos que marca la DMA. Es decir, sólo el 11% de las aguas superficiales tiene calidad suficiente para mantener su poder de autodepuración y los ecosistemas que dependen de ella. Y en el caso de las subterráneas, sólo el 16% mantiene las cualidades químicas suficientes para que se puedan utilizar en abastecimiento y riego.




(1) La sobreexplotación consiste en extraer más agua de la que entra en el acuífero. Esto provoca que se sequen ríos, manantiales y pozos que se alimentan de ellos.

(2) Cuando se saliniza un acuífero deja de ser útil para cualquier uso (consumo, riego o industrial). Su recuperación a corto plazo es imposible, y sólo se consigue dejando de extraer agua del acuífero durante largos periodos de tiempo.