Greenpeace ha presentado hoy, jueves 15 de abril, un informe que documenta la presencia de sustancias químicas en prendas de ropa infantil de Disney que, a largo plazo, pueden resultar peligrosas para la salud. Estas prendas, que incluyen camisetas, sudaderas, pijamas y ropa interior, fueron compradas en tiendas situadas en 19 países. El laboratorio independiente danés Eurofins analizó las partes estampadas con los típicos dibujos de Disney para identificar el número de sustancias químicas que contenían.
Activistas de Greenpeace protestan contra las prendas tóxicas de Disney en la oficina central de esta compañia en Londres.
El informe, titulado RopaTóxica, marca Disney, revela que la
mayoría de las prendas analizadas contienen sustancias químicas
peligrosas. Las sustancias químicas - encontradas en los dibujos
estampados se encuentran presentes probablemente debido al uso de
plastisoles de PVC como técnica de estampación.
"Si a Disney le importase el contenido químico de su ropa
infantil podría demandar que se sustituyan o eviten las sustancias
químicas peligrosas en sus productos, como ya han hecho otros como
H&M", ha declarado Sara del Río, responsable de Tóxicos de
Greenpeace- "Además este informe demuestra que no es necesario
utilizar sustancias químicas tóxicas para hacer camisetas ya que
existen alternativas seguras"
Los fabricantes tienen un papel muy importante en la reducción
de la presencia de sustancias químicas peligrosas en productos de
consumo; algunos ya usan una técnica de estampación alternativa que
no utiliza sustancias químicas peligrosas y sustituyen el PVC y las
estampaciones de PVC en todos sus productos.
Greenpeace demandó a Disney en 2003 que asumiera su
responsabilidad de eliminar o sustituir las sustancias químicas
peligrosas de sus productos. La reacción de Disney consistió en
comunicar que sus productos están dentro de los márgenes legales
por lo que no veían la necesidad de actuar.
Cuando Disney concede una licencia para utilizar su logotipo y
sus dibujos establece condiciones muy estrictas a los fabricantes,
incluyendo condiciones sobre el diseño y los colores utilizados. La
misma exigencia debería tener para que no se utilicen sustancias
químicas peligrosas en los productos que fabrica o a los que les
concede licencia.
El informe de Greenpeace y los resultados de los análisis llegan
en un momento crucial, la UE está debatiendo una propuesta de
directiva que regulará a la industria química. El texto original de
la legislación propuesta, denominada REACH, está basado en el
principio de sustitución. Esto significa que si una empresa está
usando una sustancia peligrosa en un producto cuando existe una
alternativa más segura, estará obligada legalmente a acabar con el
uso de esa sustancia.
"Lamentablemente las instituciones de la UE han tenido mucha
presión de la industria química y de algunos gobiernos, como el de
Estados Unidos, para debilitar el principio de sustitución en el
texto"- ha declarado Juan López de Uralde- "A menos que los
gobiernos de la UE hagan algo por eliminar esta laguna, empresas
como Disney podrán seguir vendiendo libremente productos que
contengan sustancias químicas que pueden afectar a la salud
infantil, a pesar de que existen alternativas más seguras".
A nivel internacional el Convenio de Estocolmo persigue la
prohibición de la producción y uso de Contaminantes Orgánicos
Persistentes (COPs) a través de la búsqueda de alternativas
medioambientalmente más seguras.
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