Tras conocer que desde el CIEMAT, la antigua Junta de Energía Nuclear (JEN), se han vertido entre 90.000 y 148.000 litros de agua radiactiva de la piscina de refrigeración del antiguo reactor nuclear experimental JEN-1 al alcantarillado municipal, el cual desemboca en la depuradora de La China, perteneciente al Ayuntamiento de Madrid, Greenpeace ha exigido a las autoridades que se lleve a cabo una análisis radiológico exhaustivo de las instalaciones de dicha depuradora.
Según los datos proporcionados a Greenpeace por la Coordinadora
de Colectivos Afectados por el PIMIC (plan de desmantelamiento de
las instalaciones nucleares y radiactivas del CIEMAT), el nivel de
radiactividad de esos vertidos al alcantarillado estaría 9,73 veces
por encima de lo permitido.
Por todo ello Greenpeace ha dirigido sendos escritos al CIEMAT,
como centro responsable de dichos vertidos, al Ministerio de
Industria, Turismo y Comercio y al Consejo de Seguridad Nuclear
(CSN), como organismos responsables de la vigilancia y control
radiológico, y al Ayuntamiento de Madrid, como titular de dicha
depuradora, para recabar la información disponible al respecto y
para exigir la realización de ese análisis radiológico de la
depuradora de La China o de las partes de la misma que hayan sido
afectadas por esa contaminación radiactiva.
Greenpeace ha podido conocer además que la representación
sindical de CGT de los trabajadores de la depuradora de La China,
tras conocerse la enfermedad de un trabajador de la plantilla cuya
dolencia, según los informes médicos, puede estar en relación con
la exposición a radiaciones ionizantes, ya solicitaron el pasado
mes de mayo la realización de una caracterización radiológica de la
instalación, la colocación de medidores de radiactividad y un
reconocimiento médico de toda la plantilla potencialmente afectada,
sin que ninguna de esas medidas haya sido adoptada desde entonces.
Es más, según la información recibida por Greenpeace, la empresa
que gestiona la depuradora ha procedido a despedir a un miembro de
dicha sección sindical, cuyo despido habría sido motivado realmente
por solicitar dichas medidas.
Esta depuradora ya sufrió la contaminación del grave vertido
radiactivo ocasionado por la rotura de una tubería de trasvase de
líquidos radiactivos de la Junta de Energía Nuclear en noviembre de
1970. Debido a una serie de fallos se liberaron al alcantarillado
municipal varias decenas de litros de agua altamente radiactiva del
reactor nuclear JEN-1. El altísimo nivel de radiactividad liberada,
entre 300 y 600 curios, permitió que el accidente, que se mantuvo
en secreto por los responsables de la JEN, fuera detectado cientos
de kilómetros aguas abajo (el agua radiactiva llegó al río
Manzanares, de ahí pasó al Jarama y de éste al Tajo) e incluso se
pudiese medir en Lisboa, en la desembocadura del Tajo.
"El agua que se depura en La China y que luego se destina a
diversos usos en Madrid pasa todavía por zonas que están
contaminadas radiactivamente, por lo que es fundamental proceder a
la clausura definitiva de esas partes contaminadas de la
depuradora" -ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña
de energía nuclear de Greenpeace.
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