Greenpeace pide a Espinosa que abandone la ambigüedad en materia de transgénicos y aclare la postura de su Gobierno
Precisamente en estas semanas la UE está debatiendo un nuevo
sistema de autorización y evaluación de transgénicos porque el
actual ignora los efectos a largo plazo de los transgénicos, las
evidencias sobre los daños a la biodiversidad, las opiniones
científicas contrarias a los OMG y las preocupaciones de
determinados estados miembros. El sistema en vigor tampoco
considera la pérdida de variedades y de sabiduría agrícola ni los
efectos de la contaminación.
En España sin embargo, el Gobierno permite que se sigan
cultivando unas 80.000 hectáreas de maíz transgénico, las cuales
entran masivamente en la cadena alimentaria sin ningún control ni
transparencia (2).
En sus declaraciones la ministra afirma trabajar para "mejorar
las condiciones de vida de los ciudadanos de forma compatible con
la conservación de los recursos naturales". Greenpeace quiere
recordar que el Gobierno de España permite variedades que se han
prohibido en la mayor parte de los estados productores de maíz de
la UE por razones sanitarias o ambientales. Ayer mismo, Francia ha
renovado la moratoria que puso en marcha el pasado mes de enero
contra el maíz MON 810 basándose en una serie de estudios sobre los
riesgos para el medio ambiente. A pesar de esto, el Ejecutivo
español ignora esta situación y sigue tolerando que España sea el
único país que lo cultiva a gran escala.
Greenpeace reitera que existe un amplio consenso científico que
demuestra la peligrosidad de estos cultivos. Numerosas evidencias
describen los impactos reales y potenciales sobre la salud de
maíces de Monsanto, como el MON 863 (que España importa) o el MON
810 (que España importa y cultiva) o la patata "Amflora" de BASF,
cuya aprobación el Gobierno apoya a pesar del rechazo por parte de
la OMS, el Instituto Pasteur o la Agencia Europea del Medicamento.
"Si la UE es incapaz de predecir los efectos a largo plazo de estos
peligrosos cultivos, los ministros tienen hoy la obligación de
actuar para proteger nuestro futuro. Este tipo de declaraciones
defienden el interés de las empresas y no el de los ciudadanos", ha
afirmado Juan-Felipe Carrasco, responsable de la campaña de
Transgénicos de Greenpeace.
Con respecto a la situación mundial de la alimentación, el
último informe de la Evaluación internacional del conocimiento,
ciencia y tecnología en el desarrollo agrícola (3) elaborado por
cerca de 400 científicos y firmado por 60 países, afirma la
urgencia de un cambio radical en el modelo de producción de
alimentos. Científicos y representantes de los gobiernos han
concluido que los transgénicos no son ninguna solución al alza de
precios de los alimentos, la pobreza, la pérdida de biodiversidad y
el cambio climático (4).
"Los transgénicos no contribuirán a solucionar el hambre, son
una tecnología monopolizada por un grupo de empresas que se
comportan como 'dictadores de la alimentación', impiden ejercer el
ancestral derecho a guardar e intercambiar semillas, socavan las
bases de una agricultura social y medioambientalmente sostenible y
concentran la riqueza", afirma Carrasco. "Si el Ejecutivo español
quisiera realmente contribuir a una mejoría de la situación
mundial, no promocionaría los transgénicos".
Greenpeace pide al Gobierno que si realmente cree en la
transparencia, en lugar de afirmar que los transgénicos son
"aliados", apoye el proceso europeo para que:
* Los efectos a largo plazo sobre el medio ambiente y los
impactos sobre la salud sean considerados en el proceso de
autorización, y la evaluación de riesgos de la EFSA (Autoridad
Europa de Seguridad Alimentaria) sea suspendida mientras esto no se
dé.
* La evaluación de riesgos sea llevada a cabo por organismos
independientes que tengan la suficiente experiencia e información.
Así mismo, deben implicarse a científicos expertos en medio
ambiente y en ecología.
* Se pongan en marcha medidas que eviten la contaminación de las
semillas.
* Se garantice que han sido perfectamente evaluados los efectos
del empleo de herbicidas en conjunción con cultivos tolerantes a
herbicida.
* Se tomen en cuenta los efectos socio-económicos de los
transgénicos durante el proceso de aprobación.
* Se otorgue a los estados y a las autoridades locales el
derecho a establecer zonas libres de transgénicos.
NOTAS:
(1) Entrevista publicada por el diario El País (4/11/2008)
(2) Greenpeace ha presentado recientemente un documento que
recoge testimonios de productores víctimas del maíz transgénico.
Disponible en:
http://www.greenpeace.org/espana/news/greenpeace-desenmascara-las-co
(3) Iniciativa del el Banco Mundial con un amplio grupo de
organizaciones, entre ellas la FAO, el PNUD, el Programa Ambiental
de Naciones Unidas, la OMS y representantes de gobiernos, sociedad
civil, sector privado e instituciones científicas de todo el
mundo.
(4) Informe Final de la Evaluación internacional del
conocimiento, ciencia y tecnología en el desarrollo agrícola
(IAASTD), abril 08, Johannesburgo, Sudáfrica, disponible en
http://www.agassessment.org/