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Greenpeace pedirá al Parlamento Europeo que España declare las balsas de fosfoyesos instalación radiactiva

El europarlamentario del Comité de Peticiones, David Hammerstein, comprobó en Huelva que las dosis de radiactividad son 27 veces superiores a la máxima anual permitida

Comunicado de prensa - marzo 19, 2007
Greenpeace acompañó hoy al europarlamentario David Hammerstein a las balsas de fosfoyesos de Huelva, donde midieron niveles de radiactividad que superaban en más de 25 veces la dosis máxima permitida por la legislación vigente para todo un año.

David Hammerstei, europarlamentario del Comité de Peticiones, junto a Greenpeace realizan mediciones de niveles de radioactividad en las balsas de Fosfoyesos en Huelva. Las mediciones realizados superan 27 veces la máxima anual permitida por la legislación vigente para todo el mundo.

Las mediciones realizadas, en las balsas de Fosfoyesos vertidos pertenecientes a Fertiberia y Foret junto a la marisma del rio tinto (Huelva), superan 27 veces la máxima anual permitida por la legislación vigente para todo el mundo.

Miembros de Greenpeace acompañados por el europarlamentario del Comité de Peticiones, David Hammerstein realizan mediciones de niveles de radioactividad en las balsas de Fosfoyesos vertidos pertenecientes a Fertiberia y Foret junto a la marisma del rio tinto, en Huelva.

Miembros de la organización no gubernamental Greenpeace acompañados por el europarlamentario del Comité de Peticiones, David Hammerstein realizan mediciones de niveles de radioactividad en las balsas de Fosfoyesos vertidos pertenecientes a Fertiberia y Foret junto a la marisma del rio tinto, en Huelva. Las mediciones realizados superan 27 veces la máxima anual permitida por la legislación vigente para todo el mundo.

Debido a los altos niveles de radiactividad en las balsas de fosfoyesos, y en particular en el llamado CRI 9, Greenpeace solicitará al Gobierno que declare de forma urgente estas acumulaciones de residuos como instalación radiactiva. El CRI 9, donde se vertieron miles de toneladas altamente contaminadas radiactivamente por Cesio-137 procedentes del accidente de la planta de Acerinox en 1998, presenta niveles de radiactividad, según datos del propio Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), de más de 3.500 veces los permitidos por la legislación.

Hammerstein es uno de los eurodiputados españoles del Comité de Peticiones encargado de tramitar las denuncias de los ciudadanos por incumplimiento de la normativa comunitaria. La asociación ecologista elevará ahora formalmente una petición al Comité para que revisen la vulneración de las Directivas sobre radiaciones ionizantes, gestión de residuos tóxicos y peligrosos y protección de las aguas.

El barco Artic Sunrise de Greenpeace recaló en Huelva en marzo de 2005 para denunciar la grave situación sanitaria y ambiental que la ría sufre desde hace décadas. Desde entonces no ha dejado de presionar a las Administraciones competentes para que tomen las medidas necesarias, dejen de poner en peligro la salud de los onubenses y restauren la catástrofe medioambiental producida por las 120 millones de toneladas de fosfoyesos vertidos por las empresas Fertiberia y Foret en las marismas del Tinto.

A fecha de hoy, las Consejerías de Salud y Medio Ambiente todavía no han tomado ninguna medida para solucionar el problema. Algo que contrasta con la actitud de sus homónimos catalanes que ya han articulado los mecanismos para retirar del Ebro las 700.000 toneladas de residuos similares a los de Huelva. Esta cantidad es 2.000 veces menor que la que acumulan las balsas de fosfoyesos de Huelva. Esta situación resulta aún más grave si tenemos en cuenta que los vertidos a la ría continúan y que las balsas tienen pérdidas a diario que acaban en el río Tinto. Greenpeace considera la situación de Huelva como "uno de los mayores desastres ecológicos a escala mundial".

A pesar de todo ello, la Consejería de Salud continúa diciendo que la alta incidencia de cáncer en Huelva (la más alta de España) se debe a los malos hábitos de los onubenses, y en concreto, al tabaquismo y al intenso tráfico rodado. Una afirmación que contradice las conclusiones del Plan Integral de Tabaquismo en Andalucía 2005-2010, editado esta misma Consejería en la que se afirma que "la prevalencia de consumo de tabaco en Huelva (32,3%) se encuentra por debajo de la media de Andalucía (33,0%). Y de las ocho provincias que forman la Comunidad Autónoma, Huelva ocupa la quinta posición, situándose por debajo de Jaén (39,7%), Córdoba (37,9%), Cádiz (33,5%) y Sevilla (32,4%)".

Al vertido anual de 2,5 millones de toneladas de fosfoyesos a escasos 500 m de la ciudad de Huelva, se suma el vertido de ácidos debiles, residuos tóxicos y peligrosos cargados de metales pesados (arsénico, cadmio, plomo...) y de naturaleza radiactiva, que han sido transportados y arrojados ilegalmente tanto a las balsas de fosfoyesos como a las minas de Ríotinto desde el año 1987. Estos residuos son vertidos de forma descontrolada en los tramos altos de los cauces de los ríos Tinto y Odiel, hecho este comprobado y documentado recientemente por Greenpeace.

A juicio de Greenpeace, es inadmisible el riesgo al que se está sometiendo a la ciudadanía, cuando este asunto debería ser prioritario para las Administraciones responsables. La Junta de Andalucía no sólo hace caso omiso a estudios que alertan sobre la problemática ambiental y su relación con las afecciones a la salud (Servicio Andaluz de Salud, Sociedad Española de Neumología, CSIC), sino que tiene un actitud totalmente permisiva con las empresas contaminantes.

Hay que recordar que, según el CSIC, la mortalidad por cáncer en la ciudad de Huelva es la mayor de España. El Colectivo Ciudadano por la Descontaminación de Huelva ha denunciado además una incidencia mayor de esterilidad, abortos, malformaciones de nacimiento, asma y otras afecciones respiratorias y enfermedades endocrinas. En esta misma línea la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica afirma que Huelva es la ciudad con mayor tasa de asmáticos (14,6%).