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Greenpeace sale a la calle en busca de alimentos transgénicos

Los “Observadores de Transgénicos” recorrerán mañana sábado 17 los principales supermercados en 19 ciudades españolas

Comunicado de prensa - marzo 16, 2007
Greenpeace continúa mañana sábado con su campaña para comprobar si los fabricantes y distribuidores de alimentos están aplicando correctamente la normativa europea de etiquetado de alimentos. Los “Observadores de Transgénicos” saldrán en Madrid, Valladolid, Zaragoza, Málaga, Torremolinos, Pamplona, Orzán (A Coruña), Sant Cugat del Vallès, Deusto, Santa Cruz de Tenerife, Sevilla, Granada, Gijon, Salamanca, Oviedo, Las Palmas de Gran Canaria, Vigo, Palma de Mallorca, Alicante.

Observadores de transgénicos en un supermercado controlando el correcto etiquetado de OMG

Observadores de transgénicos comprobando el etiquetado en el Alcampo de Zaragoza

Observadores de transgénicos comprueban el correcto etiquetado de alimentos modificados genéticamente en un Alcampo de Zaragoza

Estos grupos de ciudadanos analizarán el etiquetado de los productos presentes en las estanterías de los supermercados para averiguar qué fabricantes están empleando estas peligrosas materias primas (1).

El 18 de abril de 2004 entraron en vigor los nuevos reglamentos de etiquetado y trazabilidad de alimentos y piensos modificados genéticamente; en virtud de estas normas, deben ser etiquetados los productos que deriven de cosechas transgénicas (con la mención "modificado genéticamente"). En aquel año Greenpeace puso en marcha en toda la UE una actividad denominada "Observadores de Transgénicos", cuyo principal objetivo era analizar las etiquetas de los productos en los supermercados para conocer en qué grado la industria alimentaria y de la distribución estaban realmente cumpliendo con las obligaciones derivadas de estas normas y para informar a los consumidores de tal forma que pudieran ejercer su derecho a decir NO.

La organización anima a todos los ciudadanos a participar a través de nuestra web incluyendo los datos de todos los productos que encuentren.

"Estos consumidores comprometidos con el medio ambiente y la salud están realizando una importante labor para que nadie se atreva a utilizar a la naturaleza y a los ciudadanos en un gigantesco experimento genético", ha afirmado Juan-Felipe Carrasco, responsable de la campaña contra los Transgénicos de Greenpeace. La comercialización de alimentos transgénicos es un acto irresponsable que convierte a los consumidores en cobayas humanas. "Las multinacionales agrotecnológicas se prometen grandes beneficios económicos, pero el riesgo lo ponen los ciudadanos, los agricultores y el medio ambiente: son los fabricantes de alimentos y los supermercados quienes deben protegernos de esta agresión con un etiquetado veraz", ha añadido.

El pasado martes un grupo de expertos del departamento de ingeniería genética de la Universidad de Caen, Francia, presentó un nuevo estudio, en el que se demuestra que las ratas de laboratorio alimentadas con un maíz modificado genéticamente (MG) producido por la multinacional biotecnológica Monsanto han mostrado signos de toxicidad en el riñón y en el hígado (2). Hay que recordar que este maíz está aprobado para consumo humano y animal en la UE; es la primera vez que un producto transgénico aprobado ha mostrado evidencias científicas de efectos tóxicos en órganos internos.

El estudio, publicado en la revista científica "Archives of Environmental Contamination and Toxicology", analiza los resultados de las pruebas de seguridad presentados por Monsanto a la Comisión Europea para obtener la autorización de comercialización en la UE para su variedad de maíz transgénico, MON 863 (3). Los datos muestran que el MON863 tiene asociados riesgos significativos para la salud; sin embargo, la Comisión Europea concedió licencias para comercializar este maíz tanto para el consumo humano como para el consumo animal (4).

Hay que añadir que la legislación actual no obliga a etiquetar todos los alimentos que contengan transgénicos. Los derivados de los animales que han sido alimentados con organismos modificados genéticamente (OMG) (leche, carne y huevos) no tienen obligación de aparecer en el etiquetado. Teniendo en cuenta que el 80% de los transgénicos se dedica a producir piensos para la ganadería, se niega el derecho a los consumidores a saber el origen de sus alimentos. Precisamente el mes pasado Greenpeace presentó a la Comisión Europea un millón de firmas para exigir el etiquetado de los derivados animales.

Notas

1. En la web de Greenpeace existe una lista de los productos etiquetados con transgénicos que se han ido encontrado en los supermercados.

2. El articulo está publicado online por la revista científica Archives of Environmental Contamination and Toxicology; y será impreso en mayo. Resumen de Greenpeace

3. El maíz MON863 produce un nuevo insecticida llamado "Cry3Bb1 modificado" que es capaz de matar un insecto del suelo (Diabrotica virgifera). Este maíz transgénico también contiene un gen que codifica una resistencia a antibióticos.

La Comisión Europea concedió la licencia para emplear el MON 863 en piensos en agosto de 2005, y posteriormente lo aprobó para consumo humano en enero de 2006.

4. Para más detalles consulte el informe de Greenpeace (en inglés): "El caso MON863 - crónica de una decepción sistemática"