Comunicado de prensa - marzo 16, 2007
Greenpeace continúa mañana sábado con su campaña para comprobar si los fabricantes y distribuidores de alimentos están aplicando correctamente la normativa europea de etiquetado de alimentos. Los “Observadores de Transgénicos” saldrán en Madrid, Valladolid, Zaragoza, Málaga, Torremolinos, Pamplona, Orzán (A Coruña), Sant Cugat del Vallès, Deusto, Santa Cruz de Tenerife, Sevilla, Granada, Gijon, Salamanca, Oviedo, Las Palmas de Gran Canaria, Vigo, Palma de Mallorca, Alicante.
Observadores de transgénicos en un supermercado controlando el correcto etiquetado de OMG
Observadores de transgénicos comprobando el etiquetado en el Alcampo de Zaragoza
Observadores de transgénicos comprueban el correcto etiquetado de alimentos modificados genéticamente en un Alcampo de Zaragoza
Estos grupos de ciudadanos analizarán el etiquetado de los
productos presentes en las estanterías de los supermercados para
averiguar qué fabricantes están empleando estas peligrosas materias
primas (1).
El 18 de abril de 2004 entraron en vigor los nuevos reglamentos
de etiquetado y trazabilidad de alimentos y piensos modificados
genéticamente; en virtud de estas normas, deben ser etiquetados los
productos que deriven de cosechas transgénicas (con la mención
"modificado genéticamente"). En aquel año Greenpeace puso en marcha
en toda la UE una actividad denominada "Observadores de
Transgénicos", cuyo principal objetivo era analizar las etiquetas
de los productos en los supermercados para conocer en qué grado la
industria alimentaria y de la distribución estaban realmente
cumpliendo con las obligaciones derivadas de estas normas y para
informar a los consumidores de tal forma que pudieran ejercer su
derecho a decir NO.
La organización anima a todos los ciudadanos a participar
a través de nuestra web incluyendo los datos de todos los productos
que encuentren.
"Estos consumidores comprometidos con el medio ambiente y la
salud están realizando una importante labor para que nadie se
atreva a utilizar a la naturaleza y a los ciudadanos en un
gigantesco experimento genético", ha afirmado Juan-Felipe Carrasco,
responsable de la campaña contra los Transgénicos de Greenpeace. La
comercialización de alimentos transgénicos es un acto irresponsable
que convierte a los consumidores en cobayas humanas. "Las
multinacionales agrotecnológicas se prometen grandes beneficios
económicos, pero el riesgo lo ponen los ciudadanos, los
agricultores y el medio ambiente: son los fabricantes de alimentos
y los supermercados quienes deben protegernos de esta agresión con
un etiquetado veraz", ha añadido.
El pasado martes un grupo de expertos del departamento de
ingeniería genética de la Universidad de Caen, Francia, presentó un
nuevo estudio, en el que se demuestra que las ratas de laboratorio
alimentadas con un maíz modificado genéticamente (MG) producido por
la multinacional biotecnológica Monsanto han mostrado signos de
toxicidad en el riñón y en el hígado (2). Hay que recordar que este
maíz está aprobado para consumo humano y animal en la UE; es la
primera vez que un producto transgénico aprobado ha mostrado
evidencias científicas de efectos tóxicos en órganos internos.
El estudio, publicado en la revista científica "Archives of
Environmental Contamination and Toxicology", analiza los resultados
de las pruebas de seguridad presentados por Monsanto a la Comisión
Europea para obtener la autorización de comercialización en la UE
para su variedad de maíz transgénico, MON 863 (3). Los datos
muestran que el MON863 tiene asociados riesgos significativos para
la salud; sin embargo, la Comisión Europea concedió licencias para
comercializar este maíz tanto para el consumo humano como para el
consumo animal (4).
Hay que añadir que la legislación actual no obliga a etiquetar
todos los alimentos que contengan transgénicos. Los derivados de
los animales que han sido alimentados con organismos modificados
genéticamente (OMG) (leche, carne y huevos) no tienen obligación de
aparecer en el etiquetado. Teniendo en cuenta que el 80% de los
transgénicos se dedica a producir piensos para la ganadería, se
niega el derecho a los consumidores a saber el origen de sus
alimentos. Precisamente el mes pasado Greenpeace presentó a la
Comisión Europea un millón de firmas para exigir el etiquetado de
los derivados animales.
Notas
1. En la web de Greenpeace existe una
lista de los productos etiquetados con transgénicos que se han
ido encontrado en los supermercados.
2. El articulo está publicado online por la
revista científica Archives of Environmental Contamination and
Toxicology; y será impreso en mayo.
Resumen de Greenpeace
3. El maíz MON863 produce un nuevo insecticida llamado "Cry3Bb1
modificado" que es capaz de matar un insecto del suelo (Diabrotica
virgifera). Este maíz transgénico también contiene un gen que
codifica una resistencia a antibióticos.
La Comisión Europea concedió la licencia para emplear el MON 863
en piensos en agosto de 2005, y posteriormente lo aprobó para
consumo humano en enero de 2006.
4. Para más detalles consulte el informe de Greenpeace (en
inglés):
"El caso MON863 - crónica de una decepción sistemática"