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ACCIÓN.- Greenpeace marca en Tarragona los vertidos al mar del Polo Químico a través de emisarios submarinos

La organización denuncia el proyecto de la Asociación de la Industria Química de Tarragona de aunar ocho emisarios en uno, lo que dificultaría aún más el control de los vertidos

Comunicado de prensa - febrero 13, 2008
Greenpeace ha marcado sobre el agua, esta mañana, varios puntos de vertido de diferentes plantas de la industria química de Tarragona, que se realizan a través de emisarios submarinos para denunciar la grave contaminación que provocan y la falta de control de las Administraciones.

El equipo de buceo muestra una pancarta tras recoger las muestras de sedimentos del fondo marino junto a unos emisarios, cerca del puerto de Tarragona.

Dentro de la campaña que Greenpeace está realizando contra la contaminación, bajo el lema ¿Quién contamina?", la organización ha querido hacer su primera parada en Tarragona, uno de los puntos más contaminados de España y que la Agencia Europea de Medio Ambiente señala como "Punto de Alarma" por vertidos industriales.

Los emisarios submarinos son tuberías ocultas bajo el agua y, por tanto, de difícil control. De hecho, las coordenadas facilitadas por la Agencia Catalana del Agua sitúan en tierra el emisario submarino de ASESA, uno de los diez que existen oficialmente en Camp de Tarragona.

Las empresas que vierten las aguas contaminadas directamente al mar son ASESA, REPSOL (con dos emisarios), BASF (con dos emisarios), CLARIANT, BAYER, SOLVAY, AISCONDEL y ARAGONESAS. Greenpeace realizó ayer martes varias inmersiones en la zona para recoger sedimentos y continuará haciéndolo durante el día de hoy. Estas muestras saldrán esta tarde para el laboratorio de la Universidad de Exeter, quienes se encargarán de realizar las analíticas.

El polo industrial de Tarragona es el mayor emplazamiento químico de toda España. Acumula casi el 25% de la producción total. Tarragona además es la provincia donde se ha desarrollado la industria del cloro de forma más extensa. Los vertidos de este tipo de industria son especialmente contaminantes dado que liberan sustancias que son muy peligrosas por su persistencia, capacidad de acumularse en los tejidos de los seres vivos y por su alta toxicidad. Entre ellas se encuentran varios metales pesados como el mercurio, el cadmio o el plomo, y varias sustancias organocloradas como el hexaclorobenceno o el cloruro de vinilo; y otras sustancias utilizadas como aditivos para la fabricación de materiales clorados como el PVC.

Desde que estas sustancias se liberan al medio, se van acumulando, en el agua, en el suelo, en los animales, en los alimentos y en nuestros cuerpos, principalmente, a través de la comida. Con el tiempo estas sustancias pueden provocar efectos graves para la salud, como por ejemplo alteraciones en el sistema hormonal, problemas de reproducción y cáncer. Cataluña se encuentra a la cabeza de cáncer de encéfalo y mieloma junto al País Vasco.

Greenpeace ha denunciado también que uno de los casos más preocupantes entorno a los vertidos químicos en Cataluña es la construcción de un gran emisario submarino que sustituiría a ocho de los que existen actualmente. El argumento de la Asociación de la Industria Química de Tarragona es que: verter los residuos en un único canal hace que cualquier incidente quede diluido al existir un mayor caudal y se evitan afectaciones locales más graves.

“Un emisario no vierte menos contaminación porque vaya diluida con otros vertidos. Lo que de verdad nos preocupa es que es todavía un paso más allá de permisividad con las empresas. Lo que se diluye en este proyecto es la responsabilidad de los vertidos ya que se ocultarán más fácilmente las irregularidades de las empresas”, ha afirmado Sara del Río, responsable de la campaña de contaminación de Greenpeace.