Comunicado de prensa - junio 4, 2008
Greenpeace exige que se busque e identifique a los responsables del vertido de hidrocarburos frente a las costas de la ciudad de Valencia, conocido durante la tarde de ayer. Además de la correspondiente sanción, deberán correr con los gastos de todas las operaciones llevadas a cabo para paliar los daños ambientales producidos. La organización reclama que las Administraciones españolas tienen que articular las medidas de control necesarias para evitar estos vertidos y así disuadir a futuros buques que pretendan llevar a cabo vertidos contaminantes.
Un barco arrastra con una red el vertido de fuel cerca de la playa Malvarrosa, Valencia.
Este nuevo episodio de contaminación por hidrocarburos se ha
producido frente a la playa de la Malvarrosa, en la ciudad de
Valencia. La mancha, de casi 4 km de extensión, se mantiene a una
milla de la costa moviéndose hacia el norte. Los daños ambientales
que está produciendo prodrían ser aún mayores si llegara a alcanzar
las playas valencianas.
Aunque la procedencia exacta de los hidrocarburos se desconoce
por ahora, se baraja la posibilidad de que sea fruto de operaciones
ilegales de vertido desde un buque en alta mar, probablemente
debido a la limpieza de tanques (los buques evitan realizar esta
actividad en puerto por su coste). Los vertidos de petróleo son una
de las principales causas de contaminación del Mediterráneo cuando
son operaciones absolutamente prohibidas por el Convenio Marpol
(Convenio Internacional para la Prevención de la Contaminación
Marina por los Buques).
Hasta que las autoridades no dictaminen la fuente que originó el
problema, sólo se puede intentar minimizar el impacto producido en
el mar y evitar que la mancha toque tierra. Es imprescindible que
se pongan los medios necesarios para tener un mayor control de
todos los buques que transitan por aguas españolas. Este nuevo
accidente pone de manifiesto que las actuales medidas son
totalmente insuficientes. La Legislación española carece de las
herramientas necesarias para aplicar y perseguir este tipo de
infracciones. Por ejemplo, la Ley de Responsabilidad Ambiental,
aprobada el pasado año, no contempla los vertidos de hidrocarburos
al mar, por lo que tenemos que aplicar legislación y convenios
internacionales.
El Mediterráneo sufre un elevado grado de contaminación, que no
afecta sólo negativamente a los ecosistemas marinos sino que
repercute directamente a especies que son consumidas en los
hogares. "En España, casos como el vertido frente a Valencia son
demasiado frecuentes, lo que supone una amenaza constante para
nuestras costas que afecta gravemente tanto al medio ambiente como
a la salud de las personas", -ha declarado Julio Barea, responsable
de la campaña de Contaminación de Greenpeace.
A diario el Mediterráneo soporta el tránsito de 2.000 barcos de
los cuales entre 200 y 300 son buques tanques que transportan
hidrocarburos, lo que significa que el 20% de la producción mundial
de petróleo pase por este mar. Ello conlleva un importante riesgo
de contaminación, tanto por accidentes como por operaciones
ilegales de limpieza de tanques. Como media se producen en el
Mediterráneo 60 incidentes al año de los cuales el 40% implican
barcos.