Un bebé de orangután en una reserva de Indonesia. Numerosas especies han visto como los bosques donde habitaban han sido destruidos para la plantación de aceite de palma
A través de acciones directas simultáneas en varios países
europeos, Greenpeace acusa a Unilever de comerciar con aceite de
palma procedente de empresas que están destruyendo las selvas de
Indonesia.
"Unilever, una empresa con marcas tan conocidas como Dove, está
siendo cómplice de uno de los mayores crímenes ambientales que se
hayan cometido en el planeta" ha declarado Miguel Ángel Soto,
responsable la campaña de Bosques de Greenpeace.
En el noroeste de Reino Unido, en la factoría de Unilever de
Port Sunlight, noroeste de Reino Unido, 60 activistas disfrazados
de orangutanes han ocupado la empresa y los empleados son saludados
con gritos de apareamiento de orangutanes colgados en la fachada.
En las oficinas centrales de Unilever en Rotterdam, seis activistas
se han descolgado de la fachada principal del edificio y han
desplegado una pancarta que reza "Unilever, no destruyas la selva
tropical".
Finalmente, en las oficinas de Unilever en Roma, diez
orangutanes impiden la entrada de los trabajadores con una gran
caja donde se ha escrito "Dove, para de destruir la selva
tropical". Los orangutanes ofrecen información a los trabajadores
sobre la situación de la expansión de la palma de aceite y las
demandas de Greenpeace.
Estas acciones coinciden con el lanzamiento de un nuevo informe
que expone evidencias recientes acerca de la vinculación de
Unilever con empresas responsables de la destrucción de los bosques
de turbera y el hábitat del orangután en Borneo, destrucción
destinada a la plantación de palma aceitera. El informe, titulado
"Quemando Borneo" (Burnig up Borneo), acusa a Unilever de
contribuir a esta destrucción a través de la compra de aceite de
palma procedente de estos suministradores y de no hacer nada para
prevenir la masiva expansión de esta industria en el interior de
las selva de Indonesia.
Unilever es una de mayores empresas mundiales que utilizan
aceite de palma, y la expansión de esta industria está desbaratando
los esfuerzos para combatir el cambio climático. Debido a la
deforestación, Indonesia es actualmente el tercer país emisor de
gases de efecto invernado (1).
La conversión de turberas en plantaciones de palma aceitera,
mediante el drenaje y quema del bosque, provoca la liberación de
grandes cantidades de dióxido de carbono. Estas áreas de turberas
de Indonesia son responsables del 4% de las emisiones mundiales de
gases de efecto invernadero (2).
El informe también expone cómo el crecimiento del sector de
palma de aceite está teniendo una efecto devastador sobre la
biodiversidad. El número de orangutanes está cayendo en picado y la
especie está en serio peligro de extinción (3). A través del
seguimiento cartográfico de las áreas explotadas por los
suministradores de la empresa Unilever, el documento expone cómo
estos suministradores están destruyendo los últimos hábitat de los
orangutanes. El texto contiene datos y mapas del seguimiento que
Greenpeace ha llevado a cabo en los primeros meses del 2008 en la
isla de Borneo, Indonesia.
Unilever preside la "Mesa redonda para el aceite de palma
sostenible" (Round Table for Sustainable Palm Oil, conocida por las
siglas RSPO), un foro empresarial cuyo objetivo es garantizar la
producción de aceite de palma de manera sostenible. A pesar de que
la RSPO se creó en 2002, todavía no hay ningún certificado de
aceite de palma en el mercado, mientras que el ritmo de destrucción
por esta causa continúa de manera acelerada. Incluso en el caso de
que se pueda certificar el aceite de palma, éste aceite se estará
mezclando con aceite no certificado, haciendo imposible que
Unilever pueda garantizar que el aceite no procede de la
destrucción de los bosques.
"O Unilever empieza a cambiar su política de suministros, o
tendremos que ver a los orangutanes extinguirse y, con ellos,
nuestros intentos de evitar un desastre climático", ha señalado
Soto.
Notas:
Según datos del Centro de protección de orangutanes, al menos
1.500 orangutanes murieron como resultado de los ataques de los
trabajadores de las plantaciones (4). Se estima que desde 1900 el
número de orangutanes ha disminuido en un 91%, siendo el declive de
la especie especialmente importante hacia finales del siglo XX.
Desde 1990, 28 millones de hectáreas de bosques de Indonesia han
sido destruidos, la mayoría para plantar palma de aceite. Se prevé
que, en comparación con el año 2000, la demanda de aceite de palma
se duplicará para el 2030y el triple para el 2050.
(1) Wetlands International, Peatland degradation fuels climate
change, Noviembre 2006
(2) Cooking the Climate, Greenpeace Report, Noviembre 2007
(3) The Last Stand of the Orangutan; State of : Illegal Logging,
Fire and Palm Oil in 's National Parks, UNEP, Feb 2007
(4) AFP (2007) 'Activists: Palm oil workers killing endangered
Orang-Utans'.