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El CSN sigue sin revelar la cantidad total de radiactividad emitida al medio ambiente en Ascó

El Ministerio de Industria y el CSN aún no han puesto en marcha el Comité Asesor para la participación pública sobre seguridad nuclear

Comunicado de prensa - noviembre 26, 2008
Cuando se cumple un año del primer escape de la central nuclear de Ascó-1 (Tarragona), Greenpeace considera que la presidenta qel Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) deberá explicar, en su comparecencia en el Congreso de los Diputados esta tarde, por qué aún no han desvelado aspectos fundamentales del escape radiactivo de la central. Además, la organización ecologista reclama una explicación por el retraso en la aplicación de la nueva ley 33/2007 de reforma del CSN, y qué pasos se han dado para aplicar los cambios que ésta introdujo en pro de una mayor transparencia e independencia del CSN.

Central nuclear de Ascó, Tarragona

El accidente en la central Ascó-1 se mantuvo oculto a la opinión pública hasta que Greenpeace lo desveló el pasado 5 de abril, tras recibir la información por parte de los trabajadores. La cantidad total de radiactividad emitida en este accidente, entre otras cuestiones, aún no ha sido dada a conocer por el CSN y es información que Carmen Martínez Ten debería hacer pública, según la organización ecologista.

Hasta ahora el CSN se ha limitado exclusivamente a dar datos parciales de la radiactividad acumulada por el millar aproximado de partículas radiactivas encontradas y recogidas en el entorno de la central de Ascó-1, lo que es tan sólo una pequeña fracción del total de partículas que se liberaron al medio ambiente.

"El CSN aún no ha dicho toda la verdad sobre el escape radiactivo de Ascó-1. Su actuación en el plano de la protección radiológica, así como su propuesta de expediente sancionador a la central nuclear, se han basado en información parcial e incompleta", ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace. "Conocer la cantidad total de radiactividad liberada es fundamental para comprender el impacto radiológico del escape, así como para su correcta calificación jurídica".

Este escape ha supuesto un riesgo radiológico significativo para la población y el medio ambiente, como se desprende de los datos de los que ya dispone el propio CSN. El análisis realizado por Greenpeace, a partir de esos datos, demuestra que más del 86% de las casi mil partículas radiactivas recogidas hasta principios de junio de 2008 producían una radiactividad suficiente como para superar los límites legales aplicables a miembros del público en caso de contaminación interna. Y más del 27% del total de partículas producirían dosis superiores a 20 mSv, límite legal de los trabajadores en un año.

Martínez Ten debe explicar además por qué el CSN no actuó inmediatamente cuando la Red de Vigilancia Radiactiva Ambiental (REVIRA), que el CSN gestiona en Cataluña conjuntamente con la Generalitat, detectó de forma clara el escape radiactivo de Ascó-1 (que en realidad se prolongó desde finales de noviembre a principios de enero de 2008, con varios episodios de liberación de partículas radiactivas en ese periodo). Las sondas de detección de la REVIRA del CSN y la Generalitat detectaron con total claridad la fuga, incluso en sondas separadas decenas de kilómetros entre sí.

La Generalitat de Cataluña debe también informar sobre este escape puesto que también se dio cuenta del accidente, e incluso encargó un informe técnico a la Universidad Politécnica de Cataluña para evaluar su alcance, el cual no se ha hecho público.

"La Generalitat guarda celosamente los datos que posee sobre el escape de Ascó-1, y no ha dudado en negárselos a Greenpeace, en flagrante violación de la ley 27/2006 de libre acceso a la información ambiental", ha afirmado Anna Rosa Martínez, delegada de Greenpeace en Cataluña.

El escape radiactivo de Ascó-1 dejó en evidencia la operación irresponsable y delictiva de la Asociación Nuclear Ascó-Vandellós (ANAV), la falta de transparencia del CSN y su nula independencia con respecto a la industria nuclear, y la deplorable actitud del Ministerio de Industria que ha tratado de pasar desapercibido ante la opinión pública, utilizando como escudo protector un CSN bajo presidencia socialista.

El Ministro de Industria, Miguel Sebastián, y de la Presidenta  del CSN aún no han puesto en marcha el Comité Asesor para la información y la participación pública sobre seguridad nuclear que recoge la Ley 33/2007, de 7 de noviembre, de reforma del Consejo de Seguridad Nuclear.

Eso supone una clara violación de la Ley 33/2007 que, en su Disposición final primera, establece que el Gobierno, en un plazo máximo de nueve meses a contar desde la fecha de entrada en vigor de esta Ley (el 8 de noviembre de 2007), aprobaría la modificación del Estatuto del Consejo de Seguridad Nuclear. Es decir, el 8 de agosto de 2008. Transcurridos más de 4 meses desde esa fecha tope, no hay indicios de que el Estatuto del CSN vaya a aprobarse, y por lo tanto, de que vaya a ponerse en marcha dicho Comité Asesor.

La Ley 33/2007, en su artículo 15 establece la creación de este Comité Asesor, cuya misión será emitir recomendaciones al CSN para mejorar la transparencia, el acceso a la información y la participación pública en las materias que son de su competencia. Entre los miembros del Comité Asesor debe haber un representante a propuesta de cada una de las dos organizaciones ecologistas de mayor implantación en el Estado.