Comunicado de prensa - noviembre 26, 2008
Greenpeace quiere expresar su rechazo frente a una financiación con dinero público al sector automovilístico de cinco mil millones de euros en 2009 a pesar de que el sector se siga oponiendo a la legislación sobre emisiones de CO2 de los turismos, así como se recoge en la propuesta de la Comisión Europea, presentada hoy al Ejecutivo comunitario en el marco del plan de reactivación de la economía.
Contaminación atmosférica procedente de las emisiones de CO2 producida por los coches
El paquete de rescate incluye además cuatro mil millones de
euros en créditos blandos respaldados por los contribuyentes a
través del Banco Europeo de Inversiones (BEI) dentro de los 30 mil
millones que la Unión Europea pondrá sobre la mesa para reactivar
la economía europea.
Greenpeace pide al presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que
mañana también anunciará medidas para el rescate del sector del
automóvil como adelanto del Plan Integral de Automoción que hará
público en enero, que no asigne ninguna financiación a la industria
sin obligarla antes a responder a criterios estrictos
medioambientales para el acceso a toda ayuda pública.
"La ayuda al sector automovilístico cuyo modelo ha claramente
fracasado tiene que ser condicionada a un cambio en las inversiones
de la industria hacia un modelo mucho más eficiente" -ha declarado
Sara Pizzinato, responsable de la campaña de transporte de
Greenpeace. "El alarmismo del sector automovilístico ante la crisis
no se puede traducir en un cheque en blanco para que la industria
alimente aún más el cambio climático".
Entre 1996 y 2005, el 31% de todas las financiaciones a la
industria del BEI se concedió al sector automovilístico. Greenpeace
lo considera un error ya que no se ha convertido en ninguna mejora
en la eficiencia de los vehículos disponibles en el mercado europeo
.
"La industria automovilística europea ahora pide préstamos para
desarrollar modelos eficientes cuando ha pasado los últimos 18 años
atacando cada propuesta de la Unión Europea para obligarles a poner
a disposición de los consumidores modelos mucho más eficientes y
menos contaminantes" -ha denunciado Pizzinato.
En estos mismos momentos el Parlamento Europeo y el Consejo
Europeo están negociando una propuesta de compromiso sobre la
legislación para limitar las emisiones de CO2 de los turismos y,
gracias a la presión del lobby de la industria automovilística, ya
no queda que la sombra de la propuesta original y ambiciosa que la
Comisión Europea lanzó en diciembre de 2007. Según las últimas
noticias sobre el posible acuerdo indican que la industria
automovilística habría conseguido simplemente retrasar a 2015 el
acuerdo voluntario de reducción de las emisiones que contrajeron en
1998/9, dando al sector siete años más para su compromiso.
Greenpeace, ante el peligro de sentar un precedente peligroso,
ante el fracaso de los anteriores préstamos de la UE para catalizar
un verdadero cambio en la industria automovilística y los escasos
avances en la eficiencia energética de los coches a causa de la
resistencia de la industria, reitera su petición a los países
europeos, y en especial a España, para que acuerden una legislación
ambiciosa que obligue al sector a reducir las emisiones medias de
los nuevos turismos a 120 g/km de CO2 para 2012 y a 80 g/km de CO2
para 2020 el próximo 4 de diciembre en Consejo de Ministros de
Medio Ambiente al que subeditar cualquier ayuda al sector.