Activistas de Greenpeace elevan un globo aerostático demandando el cierre de la central nuclear de Garoña
"El Gobierno de Zapatero comete un grave error si cree que podrá
solucionar el espinoso problema de los residuos radiactivos
ignorando su compromiso electoral y de gobierno con la ciudadanía
de abandonar la energía nuclear" -ha declarado Carlos Bravo,
responsable de la campaña de energía nuclear de Greenpeace
El compromiso de abandonar la energía nuclear en España está
recogido en el programa electoral del PSOE para las Elecciones
Generales 2004, en el Acuerdo Programático PSOE-Los Verdes y en el
Discurso de Investidura ante el Congreso de los Diputados del
presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Para cumplir estas promesas, el Gobierno socialista debe poner
en marcha un plan de cierre de las centrales nucleares. Por motivos
de seguridad, este plan debe comenzar con el cierre inmediato y
definitivo de la central nuclear de Santa Mª de Garoña (Burgos),
dado su peligroso funcionamiento.
La puesta en marcha de un plan de cierre progresivo pero urgente
de las centrales nucleares permitirá poner límite a la producción
de residuos radiactivos y por tanto dejar de agravar este problema,
tanto medioambiental como económico. Sin embargo, no evita tener
que gestionar los que ya, irresponsablemente, ha producido la
industria nuclear.
Para aquellos residuos radiactivos que ya se han producido no
existe ninguna solución técnica que garantice que no van a
producirse efectos negativos de algún tipo para la salud humana y
el medio ambiente a corto, medio o largo plazo. La evacuación
segura y no contaminante de residuos radiactivos es un ideal
inalcanzable.
Consenso social previo en materia de residuos radiactivos
Ante esta situación, y en el marco de un plan ya aprobado para
el abandono de la energía nuclear, el Gobierno deberá supeditar su
política de gestión de residuos radiactivos a la adopción previa de
un amplio acuerdo social sobre esta cuestión entre todos los
sectores interesados.
En este contexto, Greenpeace propone los siguientes puntos para
tratar de alcanzar la solución menos mala a este terrible
problema:
- 1.- Se abandonará definitivamente la idea de construir
cementerios nucleares, tanto temporales como definitivos, en
formaciones geológicas para el emplazamiento de los residuos
radiactivos.
- 2.- Por su peligrosidad, se abandonará la realización de
transportes de materiales fisibles, residuos nucleares y de otras
sustancias radiactivas generadas a lo largo del ciclo del
combustible nuclear. Por ese motivo, se eliminará la idea de
construir uno o varios almacenes temporales centralizados (ATC)
para los residuos de todas o de varias centrales nucleares.
- 3.- Por todo ello, se adoptará una política de mantenimiento de
los residuos radiactivos (incluyendo el combustible irradiado)
basada en el almacenamiento de los mismos:
- en el lugar donde se hayan producido,
- en superficie y en contenedores en seco,
- en una forma accesible, vigilada y recuperable.
De esta manera, se acercarán al máximo posible los niveles de
contención de la radiactividad con respecto al medio ambiente
exterior, la accesibilidad (para permitir inspección y
mantenimiento), la vigilancia (para asegurar la detección inmediata
de cualquier fallo sobre los criterios anteriormente mencionados),
la recuperabilidad (en el caso de detectarse cualquier fallo en los
contenedores) y la seguridad radiológica para el público y los
trabajadores.
- 4.- Se abandonará la formula del pago de la gestión de los
residuos radiactivos a través de la tarifa eléctrica: el ciudadano
de a pie no tiene por qué cargar con los costes de la industria
nuclear. Así, cada compañía se hará cargo de los costes que genere
la gestión de sus residuos radiactivos y del desmantelamiento de
sus instalaciones.
El coste de la gestión de los residuos radiactivos, que superará
los 10.000 millones de euros, y los demás costes derivados de la
generación nuclear, deben ser asumidos íntegramente por las
compañías eléctricas propietarias de centrales nucleares.
Greenpeace insta al Gobierno de Zapatero a que emprenda las
medidas necesarias para que el coste del kilowatio-hora nuclear
refleje la totalidad de los costes de la generación eléctrica de
origen nuclear: minería del uranio, construcción y funcionamiento
de centrales nucleares, gestión de los residuos radiactivos,
desmantelamiento de las instalaciones, contaminación radiactiva,
seguridad, entre otros.
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