Área de bosque recién quemada. Kalimantan, Indonesia.
"Además del efecto negativo para el clima que tiene la quema de
petróleo, la demanda de aceite de palma para la fabricación de
biocombustibles está agravando los problemas de deforestación en
los países tropicales, donde las plantaciones de palma aceitera
están sustituyendo a los bosques naturales" ha declarado Miguel
Ángel Soto, responsable de la campaña de Bosques y Clima de
Greenpeace. "Para no engañar a sus clientes, CEPSA no debería poner
a su diésel el prefijo "bio".
Según las informaciones de Greenpeace, una parte del cargamento
de aceite de palma procede de la empresa PT Ivo Mas Tungal, empresa
subsidiaria de gigante industrial Sinar Mas. Esta empresa en la
mayor productora de aceite de palma de Indonesia con el 10% de la
producción total de este país. Sus agresivos planes de expansión
del cultivo de palma de aceite están vinculados a la deforestación,
incluidas regiones ricas en turberas y hábitats críticos para
especies amenazadas como el orangután.
A través de imágenes de satélite y observaciones de campo,
Greenpeace ha identificado cientos de incendios provocados por la
empresa Sinar Mas a lo largo de los últimos cuatro años. Estos
incendios y la gran cantidad de toneladas de carbón que se liberan
durante la quema de las turberas hacen de Sinar Mas una empresa con
una enorme y devastadora "huella climática".
La expansión de las plantaciones de palma aceitera, eucaliptos y
acacia, estos dos últimos para la fabricación de pasta de papel,
están liderando la destrucción de los bosques de Indonesia. Esto
está produciendo un impacto brutal en la biodiversidad regional en
la forma de vida de las comunidades locales y el clima global. El
dato más significativo es que la destrucción de los bosques y las
turberas tropicales de Indonesia suponen el 4% de las emisiones de
gases invernadero procedentes de la actividad humana, lo que hace a
Indonesia el tercer país más contaminante después de China y
Estados Unidos.
El Consejo Nacional para el Cambio Climático, un organismo
dependiente del mismo Gobierno de Indonesia, ha publicado
recientemente un informe en el que señala al drenaje de las
turberas y la deforestación como las principales causas de las
emisiones de gases de efecto invernadero de este país. Las
industrias papelera y de palma de aceite, la agricultura y la tala
industrial han sido identificadas como las actividades responsables
de la mayor parte de estas emisiones. El informe pronostica que si
no se toman medidas drásticas y urgentes estas emisiones
continuarán aumentado de manera alarmante.
El próximo mes de diciembre el mundo tiene una oportunidad de
frenar el cambio climático. Greenpeace está demandando a los
líderes políticos que acudan a la Cumbre de Copenhague para poner
freno a la destrucción de los bosques como parte del acuerdo
internacional que aborde la reducción de gases de efecto
invernadero.
Dentro de este acuerdo, Greenpeace pide que el mecanismo que se
adopte para la reducción de la deforestación y la degradación de
los bosques no se vincule a los mercados de carbono, sino que se
financie a través de fondos públicos. Asimismo, la organización
ecologista solicita a los países industrializados que reduzcan sus
emisiones -como grupo- en al menos un 40% para el año 2020 con
respecto a sus niveles de 1990.
"El presidente de Indonesia ha prometido reducir la emisión
masiva de CO2 a la atmósfera en caso de que los países ricos
financien las medidas destinadas a la protección de sus bosques" ha
declarado Soto. "Sería deseable, además, que se estableciera ya una
moratoria a la destrucción de bosques y turberas en su país".
La posición de Greenpeace sobre los biocombustibles se puede
consultar en: http://www.greenpeace.org/espana/reports/posici-n-de-greenpeace-sobre-b
Notas:
(1) Las empresas CEPSA y Abengoa son propietarias de una planta
de producción de agrocombustibles en la refinería de San Roque
(Algeciras). Dicha planta ha recibido subvenciones de la Agencia
Andaluza de Energía.
(2) Según dos trabajos recientes publicado en la prestigiosa
revista Science, firmados por 20 científicos y economistas de las
varias universidades de EE.UU., el impacto de los biocarburantes en
el cambio climático está mal evaluado y cualquier proyecto global
de estímulo a los biocarburantes tendrá el efecto de aumentar las
emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero. Más
información en:
http://www.sciencedaily.com/releases/2009/10/091022141117.htm