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Greenpeace critica que la UE quede por detrás de Japón y Noruega en sus compromisos de reducción de emisiones

El Gobierno español es un escollo en la lucha europea contra el cambio climático al primar el carbón y obstaculizar las renovables

Comunicado de prensa - octubre 21, 2009
Greenpeace valora muy negativamente el acuerdo alcanzado hoy en la reunión del Consejo Europeo de Ministros de Medio Ambiente, en el que debían fijarse las bases de la posición europea de cara a la cumbre de Copenhague.

La organización ecologista ha colocado 100 esculturas de hielo en el Templo de la Tierra de Pekín para simbolizan la amenaza del cambio climático.

La UE no ha conseguido alinear sus compromisos de reducción de emisiones con las recomendaciones científicas. Según la organización, este hecho no sólo no va a conseguir desbloquear las negociaciones climáticas internacionales sino que es totalmente insuficiente para evitar un cambio climático peligroso.

La organización ecologista recuerda que la cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la próxima semana en Bruselas es la última oportunidad para que la UE dé el impulso necesario a las negociaciones climáticas internacionales para que la cumbre de Copenhague no sea un fracaso. En este sentido, emplaza a los líderes políticos europeos a asumir su responsabilidad en la crisis climática y a poner las herramientas políticas y económicas necesarias para detenerla.

"El gobierno de España no está aportando ninguna idea para salvar el clima pero sigue trabajando activamente a favor del principal causante del cambio climático, la quema de carbón" ha declarado Aida Vila, responsable de la campaña de Cambio climático y Energía de Greenpeace. "Si el presidente del Gobierno quiere formar parte del grupo de líderes climáticos europeos, debería presentarse en la Cumbre de Jefes de Estado con una política interna decente y un poco de "talante ambiental".

En este sentido, Greenpeace destaca el contraste entre los países que están revelándose como líderes climáticos mundiales (Noruega o Japón, por ejemplo) (1) o el mismo Parlamento Europeo (2), y la hipocresía de países como España. Pese a basar su discurso ante la próxima presidencia de la UE en la sostenibilidad, España no forma parte del grupo de líderes climáticos europeos y, además, sigue promoviendo una política interna totalmente incompatible con los objetivos climáticos internacionales, ya que tiene como ejes:

  • Unos presupuestos generales del Estado que siguen contemplando grandes ayudas al carbón, a pesar de las recomendaciones del G20 en sentido contrario.
  • La propuesta de un nuevo sistema jurídico que permita primar más aún la quema de carbón.
  • La obstaculización de las energías renovables mediante cupos que limitan la cantidad que puede acogerse al sistema de primas.
  • Una permanente remisión al contexto económico de crisis para negar las aportaciones financieras necesarias con las que hacer frente al cambio climático a nivel internacional.
  • La total ausencia de ambición en cuanto a compromisos de reducción de emisiones y el papel tibio -o casi ausente- en las negociaciones climáticas europeas.  

Una de las notas positivas de la reunión mantenida hoy ha sido la propuesta de objetivos de reducción de las emisiones de sectores como el transporte naval o la aviación para 2020 (concretamente, del 20% y 10% respectivamente tomando como base los niveles de 2005). La organización considera positiva esta propuesta, pese a que sigue siendo criticable el trato especial que se está dando a estos sectores en detrimento de otros.  

Por último, Greenpeace valora positivamente la preocupación de los ministros en relación con la inclusión en los mercados de carbono de los créditos de compensación derivados de los bosques y el compromiso de aportación de fondos públicos para conservar la biodiversidad y detener la deforestación, pese a que, en ambos casos, los detalles de las medidas que deberán adoptarse al respecto sigan sin estar claros.

Nota:

(1) Noruega se ha comprometido a una reducción unilateral del 40% de sus emisiones y Japón a una reducción del 25%, tomando como base los niveles de 1990. Fundamentándose en los indicadores de la Comisión Europea respecto a los niveles de emisiones nacionales, los niveles de eficiencia, su capacidad (PIB per cápita) y desarrollo, el compromiso de Japón es comparable a una reducción del 30% de las emisiones de la UE.

(2) El comité de medio ambiente del Parlamento Europeo aprobó el pasado lunes una resolución en reconocimiento de la necesidad de que la UE reduzca un 40% sus emisiones para 2020.