Comunicado de prensa - febrero 6, 2009
Parece que el publicitado nuevo modelo francés de central nuclear (EPR) está generando muchos más problemas de los que esperaban sus promotores: se disparan los costes de construcción, los plazos se incumplen y, según ahora se descubre que sus residuos son mucho más peligrosos. Mientras Sarkozy se esfuerza por promover en todo el mundo su nueva tecnología nuclear, los hechos van poniendo en evidencia los graves problemas asociados a la misma.
Según un informe al que ha tenido acceso Greenpeace, los
residuos radiactivos que generará el reactor finlandés de Olkiluoto
serán siete veces más peligrosos que los residuos de las plantas
nucleares actuales. La información proviene del Estudio de Impacto
Ambiental de la empresa Posiva encargada de la gestión de los
residuos radiactivos de la primera planta EPR en construcción. Los
trabajos llevados a cabo por Posiva han sido financiados por la
Unión Europea. Así, la construcción de este reactor aumentará de
costes, además del los riesgos para el medio ambiente y la
salud.
El EPR está diseñado para extraer más energía del combustible
nuclear, pero este método genera un aumento desproporcionado en la
cantidad de sustancias radiactivas en el combustible irradiado. Su
gestión será, por tanto, mucho más compleja al requerir aún de
mayores medidas de seguridad.
Estos hechos ponen en evidencia la diferencia entre la realidad
de la energía nuclear y el tan cacareado renacimiento nuclear, muy
publicitado ultimamente en los medios de comunicación.