No a la guerra
Greenpeace se opuso a la guerra lanzada contra Irak en el año 2003, por considerar que siempre debe haber otras opciones antes que la violencia, y que se trataba de una guerra ilegal, con gran potencial destructivo, y basada en excusas y premisas falsas. El tiempo ha demostrado que nuestros temores no eran infundados.
Se suponía que la invasión de Irak, era para "desarmar al régimen" de Sadam Husein de armas de destrucción masiva, aunque la mayoría de las naciones del mundo piensan que esto podría haberse hecho sin tener que matar a miles de personas. Miles han muerto, y las armas de destrucción masiva no han sido jamás descubiertas.
Greenpeace sigue considerando que esta es una guerra ilegal, que viola la Carta de Naciones Unidas, la legalidad internacional y que establece precedentes peligrosos para las futuras relaciones entre los Estados; como en el caso de India que ahora está afirmando que esta "guerra preventiva" ha establecido un precedente por el cual una invasión del Pakistán por India estaría totalmente justificada.
Nuestras demandas
-Obligación de las fuerzas de la coalición invasora de restablecer inmediatamente la ley y el orden y a asegurar que la población tenga comida, agua, medicinas y demás ayuda humanitaria.
-Tan pronto como sea posible, las fuerzas ocupantes deberían ser reemplazadas por una fuerza de mantenimiento de la paz bajo el mando de Naciones Unidas formada principalmente por componentes regionales, que dirija el país y coordine la ayuda humanitaria.
-El establecimiento de conversaciones bajo los auspicios de las Naciones Unidas para acordar un calendario para establecer una Zona Libre de Armas Nucleares en el Oriente Medio (como se expresaba en la Resolución 687).
-La necesidad crucial de reforzar la cooperación internacional y el multilateralismo.
-No más dobles morales: la guerra resalta la necesidad de avanzar en el desarme por parte de todos, incluyendo todos los estados con armas nucleares.