Página - noviembre 4, 2010
La industria automovilística lleva años retrasando el lanzamiento al mercado de vehículos eficientes, a pesar de que ya existe tecnología suficiente para poder cambiar el modelo de vehículo que nos proponen y venden desde este sector, de un modelo basado en la elevada potencia, el gran tamaño y la velocidad, a un modelo de vehículo eficiente, menos pesado y menos potente que nos permita compatibilizar el transporte y el clima.
El transporte es el motor del cambio climático
El mantenimiento de un sistema energético basado en el continuo consumo de petróleo es insostenible,
el transporte debe evolucionar y adaptar el principio de la eficiencia cuanto antes, primando las medidas de ahorro energético como condición indispensable a la hora de plantear cualquier desarrollo de un nuevo modelo de vehículo.El modo más eficiente de movernos, exceptuando los modos no motorizados, es sin duda el transporte colectivo, nuestra formas de movernos debe cambiar de un transporte individualizado y poco eficiente hacia un modelo mejor gestionado donde, además de reducir el número de desplazamientos, los vehículos sean colectivos y puedan moverse siempre ocupando toda su capacidad.
Greenpeace está trabajando en la actualidad para conseguir objetivos más ambiciosos en la normativa europea relacionada con los límites de emisiones de los vehículos privados y las furgonetas. La legislación europea actual, aprobada en 2009, permite que los fabricantes a partir de 2015 continúen vendiendo vehículos que emiten hasta 130 gramos de CO2/km, y para 2020 el límite se establece en 95 gramos de CO2/km, objetivos muy poco ambiciosos y realistas teniendo en cuenta las posibilidades que existen para el desarrollo de esta industria con la tecnología actual.
Greenpeace cree imprescindible que la Unión Europea establezca unas normas más estrictas para la industria del automóvil que obligue a reducir las emisiones de los modelos que vende a 80 g de CO2/km para 2020.En 2010 se debate también la normativa relativa al límite de emisiones de los vehículos comerciales ligeros o furgonetas. La propuesta presentada por la Comisión Europea tan solo requeriría a los fabricantes de furgonetas reducir las emisiones en un 14% entre 2007 y 2016. Actualmente, existen en el mercado algunos modelos que, sin embargo,
han logrado reducciones de un 10% de las emisiones en tan sólo tres años, lo que demuestra que las barreras que impedirían cumplir con esta propuesta de normativa no son de carácter tecnológico.