Página - marzo 15, 2014
La pesca pirata o pesca ilegal no declarada y no regulada (INDNR) saquea los océanos y deja a las comunidades locales sin alimento y fuente de ingresos y al medio marino arrasado y vacío.
Debido a que los stocks pesqueros continúan disminuyendo en todo el planeta, cada vez más compañías pesqueras envían sus barcos a llenar sus bodegas sea como sea ignorando las ya de por sí inadecuadas leyes y reglamentos pesqueros. Los países víctimas de este saqueo suelen ser aquellos con menos medios para controlar sus propias aguas.
Estos piratas se mueven de caladero en caladero llevándose todo el pescado que pueden conseguir sin preocuparse por su impacto sobre las poblaciones de peces o sobre otras especies marinas capturadas en sus artes de pesca, como aves marinas, mamíferos marinos, tortugas y tiburones.
Los barcos pesqueros "piratas" ondean banderas de conveniencia (BDC) de países que las venden y que no hacen preguntas sobre la actividad de sus buques. Así eluden las normas impuestas por sus propios gobiernos y por la comunidad internacional.
Las capturas ilegales suelen transferirse en alta mar a buques factoría, en los que se mezclan con capturas legales para luego descargarse en puertos como el de Las Palmas. Estos barcos que les proporcionan suministros en alta mar o realizan transbordos de pescado también son considerados “piratas”.
Los Gobiernos deben actuar para parar la pesca pirata cerrando sus puertos y mercados a buques BDC y a los buques que transportan su pescado y les prestan apoyo, así como evitando que las empresas posean estos buques y/o operen con ellos.
Greenpeace ha elaborado una lista negra que muestra públicamente el nombre de barcos ilegales y las empresas que hay tras ellos. Es una herramienta de fácil acceso tanto para las administraciones pesqueras como para cualquier persona interesada. Greenpeace anima a los grandes supermercados y distribuidores a utilizar esta base de datos para asegurar que el pescado que ofrecen no proviene ni de barcos ni de empresas implicadas en actividades ilegales.
Para llegar a un modelo de pesca 100% sostenible Greenpeace demanda una lucha contra la pesca ilegal, a través de una mejora en el control del origen del pescado (tanto fresco como al fresco o envasado), control de los acuerdos pesqueros con terceros países y bilaterales, las descargas en puerto, etc. generando una base de datos pública con la penalización a buques y/o empresas, con el fin de mejorar la trazabilidad.