La espectacular serie de contratiempos de Shell en Alaska que lidera la fiebre por el oro negro en el Ártico no ha pasado desapercibida en la industria petrolera. La noruega Statoil está también desacelerando sus planes para perforar en busca de petróleo en aguas estadounidenses del Ártico.

Sin duda son buenas noticias para el medio ambiente pero están lejos de ser suficientes. Shell al anunciar que cancelaba sus prospecciones en el Ártico durante 2013, sólo está anunciando una pausa. Una peligrosa pausa, que persigue no sólo prepararse con más tiempo sino que además persigue desviar la atención mediática y que cese la presión de los ciudadanos.

Pero no lo van a conseguir. Somos más de 2.800.000 personas en todo el mundo que queremos liberar al Ártico de la presión de aquellos que buscan llenarse los bolsillos a costa de un patrimonio que debe ser del procomún, y que ni es de Shell ni es de Statoil, ni de Gazprom, ni de Rosneft, ni de Cairn Energy, ni de Repsol. Y aquí en España, en  una semana 2.600 personas nos habéis dicho a través de un SMS que queréis ser parte de la cadena que protege el Ártico.

La presión no cesa. La Corte de Apelaciones de Estados Unidos confirmó ayer la orden judicial que nos prohíbe, en aguas del ártico norteamericano, acercarnos a menos de un kilómetro de cualquier infraestructura de Shell que vaya a utilizar en su programa de perforación del Ártico.

¿Y qué vamos a hacer? ¿Nos vamos a callar? Por supuesto que no. En menos de un mes estaremos en el Ártico. Y reclamaremos por encima de políticos y petroleras, que el Alto Ártico debe ser protegido. Somos más de dos millones y medio de guerreros y guerreras. Por eso te necesitamos, porque la batalla es larga porque necesitamos tu apoyo para poder navegar 5000 kilómetros aguas arriba.

Lo dicho, “el supremo arte de la guerra es doblegar al enemigo sin luchar”. Sun Tzu, filósofo chino.

Pilar Marcos (@PilarMarcos), responsable de la campaña de Ártico Greenpeace España

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