Iberdrola no puede seguir manteniendo que es una empresa líder en renovables. Los datos hablan por sí solos: en el periodo 2005-2012, el 85,01% del negocio de la compañía (tanto fuera como dentro de España), se centró en tecnologías convencionales frente al 14,99% de producción renovable. Iberdrola ya ni siquiera es la líder en eólica. Recientemente ha sido superada por la compañía china Guodian Corporation, que se ha convertido en la primera operadora eólica del mundo. Por tanto, no se puede pretender ser líder en una cosa y en la contraria, ningún líder se dedicaría a demonizar aquello que supuestamente lidera, y esto es lo que le sucede a Iberdrola.

La empresa alardea de su compromiso ambiental. Según ella, el 83% de la energía que produce en nuestro país está libre de emisiones. Lo que no dice es que el pasado año Iberdrola generó en España el 45,55% de su electricidad mediante sus centrales nucleares. Por eso es necesario recordar que la energía nuclear genera residuos nucleares de alta intensidad. Dichos residuos tienen una vida media de decenas o centenares de miles de años, y son fuente de “emisiones” extremadamente peligrosas. Esto sin contar las emisiones radiactivas fortuitas (o no) al medio ambiente durante la fase de operación de las centrales.

En el marco de las inversiones, el informe de perspectivas 2012-2014 de Iberdrola menciona que, de los 2.600 millones de euros que la compañía va a invertir en renovables, solo 300 millones de euros serán en España y se destinarán para la finalización de emplazamientos en curso. Según ese mismo informe, de los 1.450 MW que va a instalar en renovables, apenas un 14% será en España (200 MW) y para completar las instalaciones ya empezadas. Es evidente que, cuando la generación renovable supone un obstáculo para sus energías sucias, éstas últimas son su prioridad. Y eso es lo que sucede en España.

Iberdrola pretende distinguir entre renovables "económicamente sostenibles" y otras que según ella no lo son. Qué casualidad que en esta última categoría entran las que no controla, singularmente las solares, fotovoltaica y térmoeléctrica. No lo ven así países como Alemania, que a pesar de tener menos de la mitad de sol que España es líder mundial en energía solar. ¿Qué pasaría si quien quisiera producir su propia energía eléctrica mediante el autoconsumo pudiera? Parece que lo económicamente sostenible para Iberdrola no es lo mismo que para el consumidor.

Luchar contra el cambio climático tampoco es una de las prioridades de la compañía. Recordemos las presiones ejercidas al Gobierno para que rebajara el objetivo para 2020 del 22,7% que contemplaba el Plan de Acción Nacional de Energías Renovables sobre el consumo final de energía, para dejarlo en el 20%. En fin, los cuentos de Iberdrola, la empresa que se quiso hacer pasar por verde pero #TePillamosIberdrola

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Campaña de energía y Cambio Climático de Greenpeace

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