Iberdrola no es tan verde como nos vende

Cualquiera que vea la publicidad de Iberdrola podría pensar que se trata de una empresa que produce electricidad en su mayoría a través de fuentes renovables. Pero desgraciadamente nada más alejado de la realidad. El negocio de Iberdrola son las energías sucias, principalmente generando electricidad con gas, uranio y carbón.

Esta es una de las conclusiones del informe publicado por Greenpeace, “Iberdrola: enemiga de las renovables”.

El 85,01% del negocio de Iberdrola, tanto fuera como dentro de España, entre 2005 y 2012, se centró en tecnologías convencionales frente al 14,99% de producción renovable. El grueso de la producción de Iberdrola se basó en centrales térmicas de gas de ciclo combinado (40,34%) y nuclear (19,23%). En el ejercicio de 2012, en España, las tecnologías convencionales suponían el 78,62% de su generación frente al 21,38% de la producción renovable. Del total de la producción la energía nuclear representó el 45,55%. La producción en centrales de ciclo combinado este mismo año fue el 4,9% del total. Y en esta baja producción en España de sus ciclos combinados está la causa de la campaña que Iberdrola está realizando en contra de las renovables.

Bajo uso, de sus centrales de gas, motivado por la alta penetración que tienen las energías renovables en la red y el descenso de la demanda eléctrica a causa de la crisis económica. La reducción en las horas de funcionamiento de estas centrales de gas a pasado de 4.211 horas en 2008 (Península) a 1.953 horas en 2011. Esto le ha supuesto a Iberdrola una importante merma en sus ingresos económicos. De haberse mantenido el ritmo de producción previsto en sus térmicas de gas, Iberdrola habría facturado entre 4.250 y 5.000 M€ más en el periodo 2005-2012.

Para solucionar esta contrariedad, la compañía ha decidido atacar a quien considera culpable de ese descalabro económico (y tapar así el error de planificación al construir centrales de gas innecesarias): quiere acabar con el desarrollo de las renovables en España. Así de simple y así de grave. La entrada de más renovables en el sistema entra en conflicto con su verdadero negocio, la generación a través de fuentes convencionales. Da igual que las renovables sean el futuro, creen más empleo y nos permitan eludir el mayor problema ambiental que sufre el planeta, el cambio climático. “Si no es bueno para los intereses de Iberdrola, no es bueno para el conjunto de la sociedad”.