Especie de coral blando conocido como la frambuesa Mar (Gersemia sp.) © Jiri Rezac / Greenpeace

Saludos desde el Mar de Chukchi, muy al norte, en el Ártico de Alaska. Aquí un equipo a bordo de nuestro barco Esperanza está utilizando un pequeño submarino para estudiar el fondo del mar, en el lugar donde la empresa Shell quiere extraer petróleo este mismo verano. Durante, lo que creemos han sido las primeras investigaciones submarinas en el mar de Chukchi, nos ha sorprendido descubrir la gran cantidad de corales precisamente en medio del lugar de perforación propuesto por Shell.

Shell se defiende diciendo que sabía que los corales estaban ahí, en declaraciones al Washington Post afirma que los corales constituyen casi el 4% de la vida marina en el fondo del mar de Chukchi. Para poner esto en contexto, hay que recordar que los arrecifes del sur de Florida y que atraen a buzos del mundo entero, tienen una densidad y frecuencia en la zona del 4%. Personalmente pensamos que Shell no se esperaba que los corales fueran una de las tres especies más comúnmente descubiertas en nuestra inmersiones en el Ártico, junto a varias otras especies de estrellas de mar.

Los corales organismo de crecimiento lento, larga vida, y muy vulnerable a las perturbaciones. Ellos proporcionan un hábitat para muchos peces y otras especies marinas, y a menudo sirven como zonas de cría de larvas o juveniles. Tanto las Naciones Unidas como el Gobierno de los EE.UU. han reconocido la importancia de proteger los corales.

Todo esto plantea serias preguntas. Por ejemplo, por qué no hay mención a estos corales de Chukchi en la declaración de impacto ambiental dentro de los planes de perforación de Shell. Los expertos de coral en la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) no parecen haber sido consultados. El público no fue informado. Se podría pensar que el Departamento de Interior, que supervisa la concesión de permisos de perforación mar adentro, algo habría aprendido del desastre Horizon de BP en el Golfo de México en 2010. Pero parece que han vuelto a caer en sus errores, como los cometidos en la evaluación del Golfo, donde se hablaba de morsas y otras especies del Ártico. Desgraciadamente nada ha cambiado. Las declaraciones de impacto ambiental siguen siendo tratadas como simples requisitos burocráticos donde estampar un sello de caucho y dar a las grandes petroleras permiso de hacer lo que deseen.

La administración Obama todavía tiene tiempo de reflexionar, poner freno y no permitir a Shell perforar en el Ártico. Ni siquiera saben lo que está en riesgo, porque la mayoría de la zona aún no se ha explorado. Y como hemos descubierto, Shell sabe que no ha dicho  la verdad y dado toda la información para que el Departamento de Interior de los EEUU y el público en general puedan saber lo que realmente nos jugamos si permitimos sus operaciones en el Ártico.

Todavía hay tiempo para salvar el Ártico, únete a www.salvaelartico.es

John Hocevar, equipo campaña Océanos de Greenpeace USA, a bordo del Esperanza
Imagen: Especie de coral blando conocido como la frambuesa Mar (Gersemia sp.) © Jiri Rezac / Greenpeace

Texto original de GP USA
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