Comunicado de prensa - septiembre 25, 2017
• Un experto nuclear francés y el recientemente galardonado con el Nuclear-Free Future Award visitaron la zona para alertar sobre los peligros de la minería de uranio
• Los impactos de la minería de uranio y la falta de soluciones para el confinamiento de los residuos radiactivos son las principales consecuencias que implicaría el proyecto
El domingo 24 de septiembre la plataforma Stop Uranio, con el apoyo de organizaciones como el Movimiento Ibérico Antinuclear, Ecologistas en Acción, Greenpeace, WWF y GREFA, entre otras, organizó la visita de dos expertos en minería de uranio a la zona de Retortillo-Santidad (Salamanca), donde Berkeley Minera España S.L. pretende abrir la que sería la única mina de uranio a cielo abierto en la Unión Europea.
Bruno Chareyron y Almoustapha Alhacen pudieron conocer de primera mano cuáles serán los efectos de esta mina para la población local. Del mismo modo, aprovecharon la jornada para encontrar puntos de alta radiactividad.
Almoustapha Alhacen es presidente de la ONG local Aghirin’man en Níger, recientemente galardonada con el premio Nuclear-Free Future 2017 por su resistencia frente a los 40 años que la nuclear francesa Areva lleva extrayendo uranio de ese territorio. Alhacen ha declarado: "En Níger la empresa minera no nos explica dónde hay contaminación, no nos da ninguna información. Ahora, gracias a Bruno Chareyron, podemos entender el impacto de la radioactividad y cómo protegernos. Yo pensaba que esto solo debía pasar en Niger, pero después de visitar Francia en varias ocasiones he comprobado que en Francia sucede lo mismo".
Bruno Chareyron, ingeniero en Física Nuclear y director de CRIIRAD, uno de los más prestigiosos laboratorios independientes de Francia, es especialista en el análisis del impacto de las minas de uranio en Francia, África (Níger, Gabón, Namibia, Malawi) y Brasil, además de ser el autor del informe sobre la minería de uranio del Atlas de la Justicia Ambiental.
Según Chareyron: "No hay solución para el confinamiento a largo plazo de los residuos mineros radioactivos producidos por la extracción de uranio. Unos residuos que permanecerán activos durante varios cientos de miles de años". Después ha señalado: "Las actividades mineras de uranio implican el uso de recursos acuíferos muy valiosos que quedan contaminados durante millones de años por metales pesados radioactivos. En Francia, por ejemplo, las plantas acuáticas recogidas a 30 kilómetros aguas abajo de una mina de uranio siguen contaminadas aun después de 35 años del cierre de la mina".
Las organizaciones presentes durante la rueda de prensa que ha tenido lugar hoy en la sede de Ecologistas en Acción en Madrid reiteran que la apertura de la mina de Retortillo-Santidad implicaría una actividad altamente contaminante y que generaría una gran ocupación del territorio. Así, José Ramón Barrueco, portavoz de la plataforma Stop Uranio, ha manifestado: “El enorme daño que supondría esta mina hipotecaría el desarrollo de la comarca”.
A continuación Raquel Montón, responsable de la campaña antinuclear de Greenpeace, ha añadido: “La mina de uranio implica la desolación ambiental y la contaminación radiactiva para Salamanca, los beneficios para la empresa anglo-australiana Berkeley y el derecho a usar el uranio para el Sultanato de Omán. Sin duda, está claro quiénes ganan y quiénes pierden”.
En el mismo sentido se ha pronunciado Francisco Castejón, coordinador del Movimiento Ibérico Antinuclear y miembro de Ecologistas en Acción: “Berkeley Minera España S.L. solo quiere garantizarse unas reservas de uranio para el futuro, para que en el caso de que este mineral suba de precio pueda generar beneficios a sus accionistas. Unas pretensiones que chocan con la realidad de que tras el accidente de Fukushima la producción de energía nuclear en el mundo ha descendido”. Ambos portavoces han solicitado que el Gobierno deniegue definitivamente el permiso de explotación a Berkeley, que en estos momentos se encuentra suspendido.