Greenpeace celebra el acuerdo largamente esperado entre los gobiernos que firmaron el Protocolo de Montreal para eliminar los hidrofluorocarburos (HFC) (1), unos gases de efecto invernadero muy potentes que tienen una amplia responsabilidad en el cambio climático. La adopción formal se espera tan pronto como esta noche. Este es un paso más en la lucha para mantener el aumento de la temperatura del planeta por debajo de 1,5ºC. También celebramos que China haya adoptado la propuesta más ambiciosa entre las dos disponibles para los países en desarrollo.
Han sido necesarios ocho años para que el Acuerdo de Kigali tuviera lugar, y su éxito será determinado por la rapidez con que los HFC se vayan retirando, así como en la medida en la que esto evitará un mayor calentamiento global. Los HFC son los gases de efecto invernadero que más han aumentado en los últimos años y la amenaza creciente que plantean estos super gases de efecto invernadero exige que su eliminación sea mucho más rápida de lo planteado. Es decepcionante que, en virtud de este acuerdo, algunos HFC aún estarán en uso en 2047.
El reto más inmediato es asegurar que estos compuestos químicos peligrosos, que han demostrado ser tan dañinos para la capa de ozono como para el clima, serán sustituidos por tecnologías sostenibles. Para ello los países en desarrollo deben recibir apoyo con fondos adecuados para que puedan dejar atrás los HFC al mismo tiempo que eliminan los gases que dañan la capa de ozono.
Paula Tejón Carbajal, portavoz de Greenpeace Internacional, ha declarado: “Kigali es un paso importante en nuestra lucha para limitar el aumento de la temperatura a 1,5ºC. Ahora las partes del Protocolo de Montreal deben mostrar un compromiso real para la salud de nuestro planeta, poniendo fin al uso de químicos de síntesis en los aires acondicionados, la refrigeración y otras aplicaciones, cuando hay gran cantidad de alternativas naturales y sostenibles”. (2)
Los HFC son productos químicos de síntesis utilizados principalmente en refrigeración, aires acondicionados, espumas aislantes y aerosoles. Han sido comercializados por la industria química como “reemplazos” sostenibles de los CFC y los HCFC que dañan la capa de ozono.
No podemos permitir que la industria química vuelva a determinar el futuro con sus alternativas tóxicas para los HFC. Está presionando para que las llamadas hidro fluoro olefinas (HFO) sean el nuevo sustituto para los HFC.
Greenpeace fue uno de los primeros en advertir contra el uso de los HFC para reemplazar los CFC y los HCFC en la década de 1990 por ser gases de efecto invernadero. Ahora estamos advirtiendo contra el uso de las HFO para reemplazar los HFC, ya que se descomponen en la atmósfera para formar ácido trifluoroacético (TFA). Esta es una toxina persistente que se acumula en los humedales.
No se sabe con certeza cuánto TFA se libera a la atmósfera, ni el grado de tolerancia del medio ambiente a su acumulación. Las HFO también son entre 10 y 50 veces más caras que los HFC, por lo que su uso podría alentar un mercado negro de los HFC.
“El éxito de este acuerdo será determinado por cómo los países en desarrollo puedan saltarse los HFC, y por la cantidad de países que pueden evitar alternativas químicas tóxicas como las HFO, y adoptar los refrigerantes naturales. Esto será decisivo en los próximos meses y años”, ha añadio Paula Tejón.