Comunicado de prensa - febrero 3, 2016
• El Parlamento le remitió ayer al CSN una carta, firmada por los representantes de todos los grupos parlamentarios menos el PP, instándole a frenar la reapertura de Garoña
Greenpeace considera que la actuación del Pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) de continuar con la reapertura de la central nuclear de santa María de Garoña es una clara desobediencia a la petición del Congreso de los Diputados que ayer le pidió que “detuviera el proceso de evaluación hasta la formación de un nuevo Gobierno”, entre otras cosas.
“Insumisión es lo que el CSN está mandando como respuesta al Congreso de los Diputados ante su petición de paralizar la reapertura de Garoña” ha declarado Raquel Montón, responsable de la campaña nuclear de Greenpeace.
A pesar de que el CSN ha comunicado que tendrá preparado el informe en el segundo semestre de 2016, la organización ecologista destaca que para la emisión de un informe definitivo al Ministerio de Industria es necesario que Nuclenor, la empresa propietaria de la central, realice varios estudios para los que no hay un plazo establecido.
El proceso
Nuclenor, empresa propietaria de la planta de Garoña (participada a partes iguales por Iberdrola y Endesa) solicitó en 2014 una licencia para que la instalación pueda operar hasta 2031, a pesar de que ya ha superado los 40 años en funcionamiento y de llevar más de tres años parada. Actualmente, el Consejo de Seguridad Nuclear está acelerando los trabajos de evaluación de Garoña, lo cual podría facilitar su reapertura si así lo aprueba el actual Gobierno en funciones.
La mayoría de los actuales parlamentarios y parlamentarias que forman el Congreso de los Diputados se oponen a la reapertura de la central nuclear, por lo que Greenpeace les instó a que llevaran a cabo una acción parlamentaria conjunta para paralizar el proceso mientras haya un Gobierno en funciones. Así, el Parlamento le remitió ayer al CSN una carta, firmada por representantes de todos los grupos parlamentarios menos el PP, pidiendo el freno de la reapertura de Garoña.
Greenpeace destaca la ausencia de participación pública en todo el proceso, apelando al derecho a la información y al medio ambiente. También denuncia la necesidad de un estudio de Impacto Ambiental y solicita que pidan al CSN que continúe con la orden de cese definitivo de explotación del 5 de julio de 2013, que aún está vigente.
Resumen del proceso de Garoña
La central nuclear de Garoña alcanzó el límite de su vida de diseño de 40 años en 2011 y tenía permiso de operación hasta el 6 de julio de 2013. En julio de 2012, el Ministerio de Industria revocó parcialmente la Orden Ministerial que establecía el cese de explotación hasta esa fecha. Nuclenor solicitó un aplazamiento para pedir esta nueva ampliación de vida, que no le fue concedido en 2012, pero sí en 2013. A pesar de que finalmente consiguió este aplazamiento no solicitó una nueva licencia y el Ministerio de Industria procedió a declarar el cese de explotación definitivo. Tras el cese, se modificó el Proyecto de Real Decreto para la gestión responsable y segura del combustible nuclear gastado y los residuos radiactivos, que amparaba la posibilidad de una nueva solicitud de ampliación de vida para Garoña. El 22 de febrero de 2014 el Consejo de Ministros aprobó esta nueva norma y Nuclenor solicitó el 27 de mayo de 2014 una licencia para operar hasta el año 2031. No obstante, en diciembre de 2012 Garoña se desacopló de la red eléctrica alegando motivos económicos, motivo por el cual el 17 de julio de 2014 la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) le impuso la máxima multa posible.
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