Comunicado de prensa - julio 6, 2015
• La organización ecologista exige que se cumpla la normativa de seguridad nuclear en la central más vieja de la UE.
• Greenpeace subraya que el cierre de Garoña no ha supuesto ningún corte eléctrico en más de dos años.
Este lunes se cumplen dos años desde que el Ministerio de Industria emitiera la orden de cese definitivo de explotación de la central nuclear de Garoña (Burgos), y más de uno desde que Nuclenor S.A. (Iberdrola y Endesa) solicitara una licencia para operar hasta el año 2031. Greenpeace ha reclamado reiteradamente (la última vez, el pasado 22 de junio) que se lleven a cabo el trámite de información pública, así como al proceso de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA), con carácter transfronterizo, de este proyecto de prolongación del ciclo de vida de la central nuclear. La organización ecologista recuerda que ambos procedimientos son de obligado cumplimiento antes de decidir reabrir una central, según el Convenio de Espoo (1). Así lo confirmó el pasado 8 de mayo de 2015 el Consejo de Estado de Bélgica señalando claramente que esta normativa de seguridad nuclear debe aplicarse a “un viejo reactor”, incluso si no hay modificaciones sustanciales.
"No puede ser que se iniciara el proceso de reapertura de Garoña sin permitir a la ciudadanía presentar sus alegaciones. Más grave aún resulta que en dos años no se haya enmendado el error. La legislación no deja lugar a dudas: es obligatorio permitir la participación de pública y evaluar el impacto medioambiental también ante un proyecto de ampliación de una central nuclear", ha declarado Raquel Montón, responsable de la campaña nuclear de Greenpeace.
En la actualidad el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) está esperando los informes que solicitó a Nuclenor para evaluar su solicitud de licencia y, al mismo tiempo, el CSN está aplicando procedimientos de seguridad ante la situación legal y real de cierre de la central nuclear.
"No sabemos ni cuándo, ni cómo, ni siquiera si Garoña cerrará para siempre o no, porque el CSN no pone plazos y Endesa e Iberdrola no toman decisiones. Lo que sí sabemos es que en estos últimos dos años y medio no hemos necesitado la electricidad que producía la nuclear más vieja de la UE", ha subrayado Montón.
La central nuclear de Garoña alcanzó el límite de su vida de diseño de 40 años en 2011, y tenía permiso de operación hasta el 6 de julio de 2013. En julio de 2012, el Ministerio de Industria revocó parcialmente la Orden Ministerial que establecía el cese de explotación hasta esa fecha. Nuclenor S.A. (Iberdrola y Endesa) solicitó un aplazamiento para pedir esta nueva ampliación de vida, que no le fue concedido en 2012, pero sí en 2013. A pesar de que finalmente consiguió este aplazamiento no solicitó una nueva licencia, y el Ministerio de Industria procedió a declarar el cese de explotación definitivo. Tras el cese, se modificó el Proyecto de Real Decreto para la gestión responsable y segura del combustible nuclear gastado y los residuos radiactivos, que amparaba la posibilidad de una nueva solicitud de ampliación de vida para Garoña. El 22 de febrero de 2014 el Consejo de Ministros aprobó esta nueva norma y Nuclenor S.A. solicitó el 27 de mayo de 2014 una licencia para operar hasta el año 2031. No obstante, en diciembre de 2012 Garoña se desacopló de la red eléctrica, motivo por el cual el 17 de julio de 2014 la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) le impuso la máxima multa posible (2).
Notas:
Convenio de Espoo: Convenio de la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas sobre la evaluación del impacto ambiental en un contexto transfronterizo hecho en Espoo (Finlandia) el 25 de febrero de 1991.
Resumen del proceso de la central nuclear de Garoña.
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