Comunicado de prensa - septiembre 13, 2012
Greenpeace celebra que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) haya puesto punto final a las incógnitas sobre el cierre de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) pidiendo a Nuclenor, la compañía propietaria, los documentos para la declaración de cese definitivo de actividad, según su nota de prensa emitida a última hora de ayer.
“Greenpeace quiere compartir la satisfacción por el cierre de Garoña con todas las personas que han colaborado en esta campaña durante todos estos años”, ha declarado Mario Rodriguez Vargas, director ejecutivo de Greenpeace España. “Garoña es un símbolo del fracaso de la energía nuclear, y debe representar el comienzo de la transformación del modelo energético hacia uno eficiente, inteligente y 100% renovable”.
Tras la renuncia del pasado miércoles de Endesa e Iberdrola a solicitar la ampliación de la explotación de la central nuclear de Garoña, y el posterior anuncio por parte del Gobierno en el mismo sentido, únicamente quedaba que el CSN determinara las condiciones técnicas del cierre, lo que recuerda que el Gobierno siempre ha otorgado la última palabra en materia nuclear al CSN.
En la tarde de ayer, el organismo que preside Carmen Martínez Ten acordó remitir a Nuclenor una nueva Instrucción Técnica Complementaria (ITC) sobre la presentación de los documentos de explotación de la central asociados a la declaración de cese definitivo de la actividad, lo que confirma que dicho cierre debe producirse para el 6 de julio de 2013.
Greenpeace quiere señalar que este es el primer paso en la línea de reforma que necesita el sistema eléctrico, que atribuye beneficios extraordinarios a determinadas fuentes energéticas, como las nucleares, subvenciona a los principales causantes del cambio climático y frena el avance de las fuentes renovables que son la solución. Esta es, además, la visión económico-ambiental de la Unión Europea en sus directrices para hacer frente a la crisis.
“Los que querían presentar la prórroga de la nuclear como necesario e inevitable se han estrellado contra la cruda realidad: la nuclear es inviable económicamente si no cuenta con un gran apoyo económico del Gobierno, y no están los tiempos para ir regalando más dinero a las eléctricas”, ha declarado Raquel Montón, responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace. “Cuantas más inversiones se necesitan para tratar de hacer seguras las nucleares, más se alejan de su viabilidad económica”.
Greenpeace ha trabajado intensamente durante muchos años, al igual que los colectivos y personas que forman parte de la Coordinadora Estatal Antinuclear (CEAN), por el abandono de la energía nuclear. En el caso de España, el primer gran éxito fue el cierre de Zorita en 2002, que ahora continuará con el de Garoña.
Desde octubre de 2003, cuando activistas de Greenpeace elevaron un globo aerostático en Garoña; cuando un año más tarde bloquearon la puerta de la central; posteriormente, en noviembre de 2008 colocaron un contenedor en la puerta de la central; hasta el pasado 5 de junio en el que depositaron un bote de humo sobre el edificio del reactor para reclamar su cierre, la organización ecologista ha trabajado intensamente para conseguirlo, ayudada por la colaboración de ciberactivistas, socios, simpatizantes, y las personas que durante todos estos años han colaborado con la organización ecologista.