Días después de que el US National Snow and Ice Data Center (NSIDC) hiciera público el récord de deshielo del Ártico alcanzado el pasado 27 de agosto, con una superficie helada de tan solo 4,10 millones de km2, Greenpeace ha invitado formalmente al ministro de Energía, Industria y Turismo, José Manuel Soria, a acudir al Ártico, a bordo de uno de los barcos de la organización, para que pueda conocer de forma directa las consecuencias de sus decisiones energéticas. Bajo la campaña “Manda al ministro Soria al Ártico”, Greenpeace llama la atención sobre el estado crítico del que denominan el “refrigerador del planeta” y pone de manifiesto la relación que hay entre las decisiones de política energética que está tomando estos días el ministro y la crisis climática.
jueves, 30 de agosto de 2012
La organización ecologista propone a
José Manuel Soria un “paquete vacacional” que incluye actividades diarias para que se acerque a alguno de los graves impactos que genera la política energética de países como España, en términos ambientales, pero también económicos y sociales, tanto en nuestro país como en el Ártico.
“El récord de deshielo Ártico es una llamada de socorro del planeta a nuestros políticos y no creemos que el ministro Soria la esté escuchando desde su despacho en Madrid. Por eso nos hemos propuesto invitarle a pasar una semana en el Ártico, a bordo de nuestro barco Arctic Sunrise, para que vea con sus propios ojos la situación que se vive en la zona y comprenda, gracias a las explicaciones científicas, que él con sus decisiones en política energética puede revertir esta situación”, ha declarado Aida Vila, responsable de la campaña Cambio climático y Energía de Greenpeace.
Greenpeace recuerda que el origen humano del cambio climático que estamos viviendo está fuera de toda duda, según los informes de los expertos de Naciones Unidas que recomiendan reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero para alcanzar niveles cercanos a cero a mitad de siglo. En este sentido, critica la política energética española en la que se priman los intereses del sector de los combustibles fósiles. Ejemplo de ello es que desde principios de año está en vigor moratoria de las primas a las energías renovables. Todo esto, mientras, otros sectores clave para la economía española como la agricultura, la ganadería, la pesca, la industria del vino o el turismo sufren los graves impactos del cambio climático que dichas políticas están generando.
La organización ecologista insiste en que es posible frenar el cambio climático mediante la generalización de las energías renovables pero que el único escollo es, precisamente, la presión del sector de los combustibles fósiles. Estos no solo generan cambio climático sino que se benefician de los impactos del mismo como el deshielo del Ártico para seguir perforando zonas del planeta que hasta ahora eran inaccesibles, con los elevados riesgos que esto conlleva. Greenpeace también recuerda los beneficios que se derivarían de actuar urgentemente contra el cambio climático, no solo en términos ecológicos sino económicos, para sectores como el de las energías renovables o el de la construcción que se podrían beneficiar de que España asumiera mayores compromisos de reducción de emisiones y de eficiencia energética, respectivamente.
En este sentido, Greeenpeace ha recordado las críticas de la Unión Europea a las medidas de política energética aprobadas recientemente por el Gobierno español y ha reiterado las propuestas de la organización para
la reforma del sector eléctrico que está preparando el Gobierno, que pasan por el abandono de las subvenciones a los combustibles fósiles y la energía nuclear y el progresivo abandono de estas fuentes energéticas, el establecimiento de un plan a largo plazo para alcanzar el objetivo de ser 100% renovables a mitad de siglo, el abandono de las retribuciones excesivas a las plantas nucleares e hidráulicas que les generan beneficios extraordinarios conocidos como “windfall profits” y la separación entre compañías generadoras y distribuidoras de electricidad, entre otros.
“Greenpace ha demostrado que una España 100% renovable en 2050 no solo es técnicamente viable sino económicamente recomendable. Seguir como hasta ahora es inadmisible, especialmente en momentos de crisis económica, porque significa permitir que un sector muy pequeño pero muy poderoso se siga llenando los bolsillos a costa del clima y del dinero de todos”, ha concluido Vila.