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Greenpeace apoya a la pesca artesanal gallega en la ría de Muros-Noia

El barco Arctic Sunrise llega hoy a la ría para hablar con los pescadores tradicionales sobre el impacto mediambiental de las jaulas de salmón de la zona

Comunicado de prensa - octubre 16, 2011
Greenpeace ha visitado hoy a los pescadores artesanales de la ría de Muros-Noia para apoyarles en su lucha contra las jaulas de salmón que están contaminando la ría y que impactan en sus zonas de pesca y marisqueo. La organización ecologista comparte la preocupación y las demandas de los pescadores y mariscadoras que faenan en el área.

Las jaulas de salmón proyectadas generarían elevados impactos en las pesquerías y en la biodiversidad de la zona, podrían producir eutrofización, escapes, contaminación genética, entrada de antibióticos en la red alimentaria, efectos sobre predadores marinos y contagio de enfermedades a poblaciones salvajes. En lugares como Canadá y Chile, la biodiversidad de las zonas donde hay granjas de salmón se ha reducido un 50%.

El 87% de embarcaciones de bajura en Galicia faenan principalmente en estas aguas. La instalación en esta ría afectarían a 750 embarcaciones de artes menores y marisqueo, que dan empleo a unas 500 mariscadoras y a más de 3.000 marineros de bajura. Por el contrario, estas jaulas de salmón solo generarán unos 200 empleos, lo que supondría un paso atrás para la economía de la zona.

“Estas granjas son un duro golpe para las pesquerías artesanales y degrada la elevada biodiversidad de uno de los paraísos marinos más importantes de Galicia”, ha declarado Celia Ojeda, responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace. “Compiten físicamente con importantes áreas de pesca y las afectan gravemente, en concreto a la Reserva Marina de Interés Pesquera Os Miñarzos en Lira-Carnota, impulsada por los propios pescadores y mariscadores”.

“Solo esta ría de Muros-Noia genera 5.000 empleos directos y 45 millones de euros”, apunta por su parte Luis Rodríguez, pescador tradicional y secretario de  la asociación Asoar-Amega.

Greenpeace enmarca esta actividad en la presentación de su informe Hasta que desaparezca el último pez: el destructivo modelo de la pesca de arrastre de profundidad que habla sobre cómo la pesca de arrastre de profunidad recibe subvenciones para destruir los fondos marinos y sobreexplotar los stocks. Greenpeace pide que la reforma de la Política Pesquera Común ponga fin a la sobreexplotación pesquera y la sobrecapacidad y que fomente la pesca artesanal, que representa el 80% de las pesquerías en España.

“La acuicultura no es la solución a la sobrepesca. El Gobierno y la Xunta de Galicia deberían priorizar los intereses de la flota artesanal que supone unas 4.549 embarcaciones, el 87% de la flota gallega”, concluye Celia Ojeda.

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