El próximo lunes 20 de junio comenzará el juicio contra los activistas que lograron entrar la noche del 17 de diciembre de 2009 en el palacio de Christiansborg, donde la Reina Margarita de Dinamarca ofrecía una cena de gala a más de un centenar de líderes mundiales presentes en la Cumbre del Clima de Copenhague. Los activistas mostraron dos pancartas en las que se podía leer: Los políticos hablan, los líderes actúan.
Los tres activistas de Greenpeace consiguieron acceder al palacio real haciéndose pasar por "Jefe de Estado de la Madre Tierra", su "esposa", y un "escolta de seguridad", y les permitieron el acceso en todos los controles de seguridad que tuvieron que pasar.
Tras ser detenidos, Juan López de Uralde, director de Greenpeace España en aquellos momentos y uno de los activistas que consiguieron entrar en el palacio real, junto con Nora Christiansen, Christian Schmutz y Joris Thijssen pasaron 20 días en la cárcel, todas las navidades de 2009, por el mero hecho de reclamar pacíficamente a los líderes mundiales que estuvieran a la altura de las circunstancias en un momento histórico.
Finalmente, la Fiscalía danesa ha acusado a once activistas de Greenpeace de diversas nacionalidades, de los cargos de allanamiento de morada, falsificación de documentos y suplantación de funcionario público. Estos cargos se ven agravados porque la Fiscalía ha añadido un cargo adicional, el de haber cometido un delito contra la Reina, cargo que no se empleaba en el país danés desde 1934. Los once activistas se exponen a duras penas de cárcel, así como a multas cuya cuantía está aún por determinar. La oficina de Greenpeace en los países nórdicos (Greenpeace Nordic) también está incluida en los cargos.
Por el cargo de allanamiento, la pena podría suponer seis meses de cárcel ampliables a un año por el agravante de la presencia de la Reina; por la falsificación de documento público, la pena máxima sería de dos años; y la suplantación supondría una multa cuya cuantía está por determinar.
“El objeto de nuestra protesta en la cumbre climática de 2009 está hoy más vigente que nunca. No nos hicieron caso en Copenhague. Ahora nos quieren llevar a la cárcel. ¿Qué hace falta para que se tomen la amenaza del cambio climático en serio?” ha declarado Miren Gutiérrez, Directora Ejecutiva de Greenpeace.
Al tiempo que comienza el juicio contra los activistas que defendieron el Clima, el motivo que les llevó a realizar su protesta sigue más vigente que nunca. Recientes estudios de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) sobre las emisiones de gases de efecto invernadero en 2010 ponen de manifiesto los escasos avances para frenar el cambio climático. Tras un moderado incremento de emisiones en 2009, debido a la crisis, el año pasado se batieron todos los récords mundiales, y las emisiones previstas por la industria superaron el 80%.
A pesar de que los científicos del IPPC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU) han advertido con rotundidad de la necesidad de que el máximo de emisiones de gases de efecto invernadero se alcance en esta década, sigue sin existir un acuerdo mundial que ponga freno a este crecimiento de emisiones. Justo en estos días, se celebra la segunda sesión de negociación climática de 2011 en la ciudad de Bonn, preparatoria de la Cumbre Climática que tendrá lugar a finales de año en Durban, donde es urgente que los Estados hagan el trabajo que no hicieron en Copenhague.